El Flaco falleció a los 85 años, pionero entrenador que llevó a la Selección argentina a conquistar su primer título mundial. La triste noticia fue oficialmente confirmada por la Asociación del Fútbol Argentino
Este domingo, César Luis Menotti, quien hace apenas una semana había sido hospitalizado debido a una severa anemia, falleció, causando conmoción en el ámbito del fútbol argentino. A sus 85 años, el legendario entrenador, reconocido por liderar a la Albiceleste hacia la victoria en el Mundial de 1978, ocupaba actualmente el cargo de Director General de Selecciones de Argentina.
Menotti, una figura clave en la ascensión de Lionel Scaloni al liderazgo de la Selección Argentina, se erige como uno de los pilares fundamentales en la evolución del fútbol nacional. Su impacto trascendió al imponer un enfoque distintivo que perdurará en la historia del deporte. Con un estilo ofensivo, Menotti dejó una huella indeleble, asegurando que sus ideales continúen resonando a lo largo de los años.
El Flaco, el estratega que lideró a la selección argentina hacia su primer título mundial en octubre de 1974, marcando un hito en la historia del fútbol nacional. Durante tiempos de inestabilidad institucional tanto en el país como en la AFA, su enfoque a largo plazo se destacó notablemente. Sin embargo, también es conocido por generar controversias, especialmente con Carlos Bilardo a partir de 1982, creando divisiones en el ámbito futbolístico nacional. Además, es recordado por haber dirigido al legendario equipo de Huracán en 1973, así como por sus frases elocuentes sobre diferentes tipos de jugadores.
Cesar Luis Menotti
Su influencia trascendió fronteras, siendo buscado incluso por figuras como Josep Guardiola al inicio de su carrera como entrenador. Sorprendentemente, Menotti confiesa admirar más a los músicos y cantantes que a los personajes de su propia esfera deportiva.
Para aquellos que disfrutan señalando contradicciones en la vida de personajes destacados, resulta interesante notar que César Luis Menotti, nacido el 22 de octubre de 1938 en Rosario, en realidad tiene registrado en su documento de identidad que su nacimiento ocurrió días más tarde, el 5 de noviembre. Esta discrepancia se debe a que su padre demoró en inscribirlo oficialmente.
César Luis Menotti reveló que si alguien lo llama “Cito”, es porque esa fue su apodo desde la infancia. Sin embargo, no está seguro si este apodo deriva de “Cesarsito” o si es un homenaje a Vicente Zito, destacado jugador de Racing Club en los años treinta y miembro de la famosa “Bordadora”, la delantera de ese equipo que su padre Antonio admiraba profundamente. Antonio falleció en 1955, cuando Menotti apenas tenía dieciséis años.
En ese difícil momento, Menotti encontró refugio en la casa de sus amigos Agustín, quien era delegado comunista de La Fraternidad, y Chacho Rena, sus compañeros del barrio de Fisherton. Agradecido, recuerda cómo lo cuidaron y lo alentaron a retomar sus estudios, ya que había dejado la escuela. Además, le brindaron consejos valiosos y lo introdujeron al mundo del boxeo, una experiencia que lo ayudó a mantenerse enfocado y alejado de malos hábitos. Estas vivencias lo llevaron a valorar la importancia de cuidarse y tomar buenas decisiones en la vida.
Fue “Chacho” Rena quien persuadió a Menotti para que se uniera al Partido Comunista. A pesar de ser peronista y activo en su militancia barrial, las palabras de Chacho lo hicieron reflexionar profundamente sobre las acciones de Perón, especialmente sus relaciones con varios dictadores. Esta conversación marcó un punto de inflexión en su pensamiento político.
Menotti, siendo hijo único, provenía de una familia con un legado deportivo significativo. Su padre, Antonio, destacado boxeador en Rosario y apasionado bailarín, falleció prematuramente a los 51 años debido al tabaquismo. A pesar de ser peronista, su hogar fue blanco de dos ataques a tiros, presuntamente por conflictos internos dentro del partido. La situación llegó a tal extremo que se vieron obligados a adoptar medidas de seguridad, como tirarse al suelo cuando su padre encendía la luz por precaución.
Menotti pasó su infancia jugando al básquet en el club Social y Deportivo Unión Americana. Recuerda una experiencia impactante cuando vio una película sobre la vida de Betinotti, un guitarrista y payador argentino, que lo llevó a casa llorando. Su involucramiento en el club no estuvo exento de conflictos, ya que una vez, en respuesta al levantamiento de las canchas para dar lugar a bailes, Menotti escribió “chorros” en una pared, lo que atrajo la atención de la policía y le valió 30 días de castigo. A pesar de estos incidentes, Menotti reconoce que él y sus amigos eran algo revoltosos cuando algo no les parecía bien.
A pesar de las ofertas de clubes de renombre como Rosario Central y Newell’s Old Boys, su padre siempre los rechazaba. Menotti, apasionado hincha de Central, recuerda con cariño sus días de espectador, especialmente cerca de su ídolo, Alejandro Mur. Aunque tuvo oportunidades de probarse en Huracán y Vélez, optó por seguir en las ligas locales debido a las diferencias económicas. Finalmente, Rosario Central le ofreció un contrato que su madre recibió con gran emoción, ya que eran fervientes seguidores del club. Su debut en Central coincidió con una victoria sobre Boca Juniors, un momento inolvidable para él.
En cuanto a su carrera como futbolista, Menotti se describe a sí mismo como un jugador con habilidades técnicas, pero también algo caprichoso. Recuerda un incidente en el que se negó a bajar a defender durante un partido contra Banfield, lo que resultó en un encontronazo con Antonio Rattín en el vestuario. A pesar de su talento, Menotti siente que su época en el fútbol argentino estuvo marcada por la predominancia de un estilo de juego más físico y menos técnico, lo que le impidió alcanzar su máximo potencial.
Su carrera como jugador lo llevó a pasar por varios clubes, incluidos Racing Club y Boca Juniors, aunque su paso por este último fue ensombrecido por un penal errado en la Copa Mohamed contra el Real Madrid. Después de jugar en los Estados Unidos y Brasil, se retiró y comenzó su carrera como entrenador, inicialmente como ayudante en Newell’s Old Boys antes de convertirse en director técnico y llevar al equipo a la gloria.
El día que dejó a Maradona afuera de un mundial
El caso de Diego Maradona es uno de los aspectos más polémicos previos al Mundial de 1978. Menotti tomó la decisión de dejarlo fuera del equipo, junto con otros jóvenes talentosos como Humberto Bravo y Víctor Bottaniz. Aunque algunos consideraron que fue un error, Menotti defendió su elección diciendo que quería proteger a Maradona, que era muy joven en ese momento, y priorizó la experiencia de jugadores más veteranos. Esta decisión, sin embargo, generó resentimiento en Maradona, quien nunca olvidó el desaire.
Durante el proceso rumbo al Mundial de 1978, Menotti se encontró inmerso en una atmósfera política y mediática cargada. Los medios enfrentaban las visiones de Menotti, defensor de un estilo de juego más estético, con la del veterano director técnico de Boca Juniors, Juan Carlos Lorenzo, cuyo enfoque era más táctico y sistémico.
A pesar de las tensiones con Maradona, Menotti tuvo éxito en otros frentes. Ganó el Mundial Sub-20 de 1979 en Japón con un equipo que consideró el mejor que dirigió, donde compartió la alegría del gol de Ramón Díaz en la final. Durante este tiempo, Menotti también se convirtió en una figura destacada, escribiendo libros sobre su experiencia en el fútbol y el proceso que llevó a Argentina a ganar el Mundial de 1978.
Sin embargo, su relación con Maradona continuó siendo problemática en los años siguientes, especialmente durante la preparación para el Mundial de España 1982. Las disputas entre Menotti y el club de Maradona, Boca Juniors, sobre la participación del jugador en la selección nacional, complicaron las cosas. Además, el contexto político, marcado por la guerra de las Islas Malvinas, agregó una capa adicional de tensión durante el torneo en España. La derrota ante Italia en la segunda ronda, bajo circunstancias controvertidas, fue un momento particularmente amargo para Menotti, quien sintió que el equipo había sido perjudicado por decisiones arbitrales injustas.
Militante del Partido Comunista, Menotti recuerda con dolor el período oscuro de la dictadura y las tragedias que azotaron a su país. A pesar de sus diferencias políticas, su amor por la música y la cultura lo mantuvo conectado con la esencia de su pueblo durante esos tiempos difíciles.
Menotti y su paso por el Barcelona
Después del Mundial de España, Menotti y Maradona se encontraron nuevamente en el Barcelona, donde Menotti asumió como entrenador en reemplazo de Udo Lattek. Durante la temporada 1982/83, el equipo logró ganar la Copa del Rey y la Copa de la Liga, pero sufrió la impactante lesión de Maradona debido a una brutal falta de Andoni Goicoetxea del Athletic de Bilbao. La relación de Menotti con Maradona se vio empañada aún más por el enfrentamiento en la final de la Copa del Rey en el Santiago Bernabéu contra el Athletic de Bilbao, dirigido por Javier Clemente. El partido terminó en un escándalo con una batalla campal en el campo, ante la mirada del joven rey Juan Carlos I de Borbón.
La tensión entre Menotti y Carlos Bilardo, que comenzó en 1982, se exacerbó con el tiempo. Menotti criticó a ciertos periodistas que, según él, cambiaron de opinión sobre él después del Mundial de 1982 y comenzaron a respaldar las ideas de Bilardo. Esta disputa no solo se centró en cuestiones futbolísticas, sino que también se personalizó, lo que llevó a una división en los medios y en la opinión pública.
En 1986/87, Menotti fue convocado por Boca Juniors para ayudar al equipo a recuperarse de una crisis financiera. Aunque su estilo de juego característico fue bien recibido, el equipo no logró ganar el título. Durante su breve período en Boca, Menotti coescribió el libro “Fútbol sin trampas” con Ángel Cappa.
Posteriormente, Menotti se trasladó al Atlético de Madrid para la temporada 1987/88, pero su paso por el club fue tumultuoso y terminó renunciando antes del final de la Liga debido a desacuerdos con el presidente Jesús Gil y Gil. Su regreso a Argentina para dirigir a River Plate en 1988/89 tampoco fue exitoso, y duró poco en Peñarol en 1989/90 antes de ser despedido por malos resultados.
En agosto de 1991, Menotti fue convocado para dirigir la selección de México, donde permaneció un año y medio. Durante este tiempo, logró desarrollar una nueva generación de talentos futbolísticos, aunque su estadía en el cargo fue breve. Además de su trabajo en el fútbol, Menotti también protagonizó una publicidad con la reconocida actriz María Félix, a quien consideraba el amor de su vida desde su juventud.
La relevancia de Menotti en el fútbol mundial
Menotti vivió una carrera tumultuosa como entrenador, con altibajos y enfrentamientos que marcaron su trayectoria. A lo largo de los años, dejó una serie de anécdotas y reflexiones que revelan su pasión por el fútbol y su carácter polémico.
Desde su retorno a Boca en la temporada 1993/94, Menotti tuvo experiencias desafiantes, incluida una eliminación temprana en la Copa Libertadores y una derrota humillante contra Palmeiras. Su paso por Independiente en 1996 también fue breve, marcado por una disputa con el sistema de torneos de la AFA que lo llevó a renunciar en medio de una carrera por el campeonato.
A lo largo de su carrera, Menotti mantuvo firmes convicciones sobre el juego y el papel del entrenador en el fútbol. Admiraba a figuras culturales como Osvaldo Pugliese, Jorge Luis Borges y Julio Cortázar, y compartió amistades con artistas y músicos. Su amor por el boxeo y su pasión por la caza también formaron parte de su vida fuera de la cancha.
Además, Menotti tuvo una profunda influencia en figuras como Pep Guardiola, a quien elogió por su enfoque revolucionario en el juego y su capacidad para transformar el fútbol. A pesar de sus altibajos y desacuerdos con el sistema, Menotti nunca renunció a su pasión por el fútbol y su deseo de dejar una marca en el deporte. Su legado, tanto en el campo como fuera de él, sigue siendo objeto de debate y admiración en el mundo del fútbol.
