La localidad de Puerto Pirámides, en la provincia de Chubut, vive el inicio de la temporada de avistaje de ballenas 2019, que se inauguró oficialmente este domingo con una serie de actividades entre las que destacan la feria de divulgación turística, científica, ambiental, de diseño y gastronomía.
“El compromiso de este gobierno es el de poner siempre en valor el recurso que se seguirá afianzando en la medida que pongamos a las políticas de preservación y cuidado por encima de todo”, dijo el ministro de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut, Néstor García,
Las actividades de la inauguración, que se realizó en la “segunda bajada” al mar, continúan hoy con diferentes actividades deportivas, artísticas y de recreación donde también están involucrados establecimientos educativos.
Se completará con una disertación de especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) a través del brazo ejecutor en Puerto Madryn que es el Centro Nacional Patagónico (Cenpat)
“Para nosotros es muy importante también estar formando parte de esta movida y lo hacemos con gusto” explicó Mariano Coscarella, doctor en biología y especialista en poblaciones de mamíferos marinos.
Puerto Pirámides es la única población estable en Península Valdés, accidente geográfico declarado patrimonio de la humanidad por la Unesco.
Es una comunidad de aproximadamente 700 habitantes ubicada sobre las orillas del Golfo Nuevo, y tiene como principal recurso la actividad de avistaje de ballenas sobre embarcaciones, que realizan seis empresas habilitadas con embarcaciones monitoreadas por el Ministerio de Turismo.
Las ballenas no forman manadas sino que se desplazan en forma solitaria, pero se las puede ver en parejas de cópula o madre-cría, y como saltan con frecuencia, se transforman en un atractivo único.
Además dejan ver su enorme cola fuera del agua por largo rato, cuando no golpeando la superficie con las aletas, provocando “explosiones” de espuma de mar.
El intendente de Puerto Pirámides, Javier Roldán, recordó en diálogo con Télam que “la actividad ya fue habilitada desde el 15 de junio, pero se había postergado el acto hasta hoy (por ayer) aunque lamentablemente no se pudo hacer avistaje porque había viento sur, el mar estaba un poco bravo y se decidió cerrar el puerto”.
Las ballenas francas australes arriban cada año a las costas de Península Valdés para cumplir con un nuevo ciclo de reproducción: hembras que dan a luz a sus crías, hembras y machos adultos que llegan para aparearse, juveniles que socializan y otras hembras adultas que traen consigo a la cría para su destete.
