La “vieja guardia” de la CGT rechazó de plano hoy la posibilidad de que los gremios de la Central de los Trabajadores Argentinos (CTA) del docente Hugo Yasky regresen al seno de la central obrera histórica, y también que el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, se pronuncie a favor de determinado dirigente para liderarla.
Esa situación fue blanqueada hoy sin sutilezas por el secretario general del Sindicato de Conductores de Trenes La Fraternidad, Omar Maturano, uno de los principales dirigentes de conducción de la CGT (secretario de Políticas de Empleo) y número dos de la estratégica Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT).
El ferroviario rechazó esa posibilidad al disertar durante un almuerzo gremial, en el que participaron más de 50 secretarios generales de gremios adheridos a la CGT y a las 62 Organizaciones Gremiales Peronistas, ocasión en la cual se preguntó “quiénes son los que procuran vender ahora una supuesta unidad del movimiento obrero”.
Y se respondió: “Son los mismos que al igual que ocurría cuando existían todavía tres CGT nos castigaban a través de los medios y nos acusaban de burócratas”.
El dirigente ferroviario también tuvo palabras para Fernández al sostener que “no es posible hacerle caso al futuro presidente si viene ahora a decirnos a quién ubicar al frente de la CGT, porque esa posibilidad solo puede ser decidida por los trabajadores”.
Maturano afirmó que en el futuro gobierno los trabajadores deben ocupar un lugar en organismos como el PAMI, la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS) o la Anses, y destacó que “el país que viene no tendrá nada de alegre, porque transcurrirán sin duda dos años de sufrimiento”.
Las palabras de Maturano fueron refrendadas por aplausos de sus pares, quienes se congregaron en un almuerzo en el centro deportivo de los municipales porteños en el barrio de Núñez, en el que participaron Carlos Acuña, Andrés Rodríguez, José Luis Lingeri, José Luis Barrionuevo, Hugo Benítez, Juan Martini, Luis Cejas, Carlos Sueiro, Abel Frutos, Julio Piumato, Argentino Geneiro y Amadeo Genta, todos de la CGT.
Lingeri fue categórico al precisar que “no será convalidada ninguna otra central obrera por afuera de la CGT”, ratificó que su actual conducción tiene mandato hasta agosto de 2020 y puntualizó que “si es preciso adelantar las elecciones, se verá en su momento”.
El jefe del gremio de Obras Sanitarias señaló su “convicción” de que Fernández ganará el 27 de octubre y que “no hay que bajar los brazos y volver a la cultura del trabajo”.
También sostuvo que la llamada “vieja guardia” sindical ofrecerá “todo lo que pueda para esa victoria”, aunque aclaró que “el poder real que acompaña a Fernández está constituido por los gobernadores y la CGT”. Y apuntó a la CTA al expresar que “no es cosa de acercarse a los candidatos para obtener prebendas” posteriores.
Acuña, cosecretario general de la central obrera, puntualizó a su turno que “la CGT está integrada por federaciones a las que hoy no pueden los alcahuetes decirle lo que deben hacer”, y concluyó: “Se abrirán las puertas de la CGT, pero no como CTA”.