Por CAROLINA JACKY / De una vez por todas hay que decir basta a la ignorancia en este tema. Este año se cumplen 10 años de la sanción de la Ley 26.485. ¿Cuántos han leído y estudiado esta ley? No basta hacer discursos, organizar o ir a marchas o pedir fondos, si no se ha leído y estudiado la ley y también su Decreto Reglamentario.
¿Cuántos saben que esta ley y su decreto están hechos con la sencillez necesaria para que cualquiera pueda entenderla? ¿Cuántos saben que las víctimas pueden actuar sin necesidad de abogado? ¿Cuántos saben que la víctima puede ser acompañada por una persona de su confianza en todo momento, cuando declara, cuando le hacen una pericia, etc.? ¿Cuántas organizaciones que militan en este derecho han ofrecido este acompañamiento? ¿Cuántas personas, víctimas, familiares, amigos, o directamente militantes han impreso la ley para llevarla cuando hacen un trámite?
Ni hablar de haber leído las Convenciones CEDAW y BELEM DO PARA, esas llevan mucho más de 10 años, son del Siglo XX. Son parte de nuestra Constitución Nacional, pero es evidente que existe una tendencia a leer poco y si se lee hay poca comprensión de texto. Cada una de estas Convenciones emite Recomendaciones que amplían derechos y obligaciones, tienen rango constitucional y los Estados firmantes están obligados a cumplirlas. Pedir que hayan leído estas Recomendaciones seguramente es mucho pedir para una generación que piden todo servido, fácil, simple, que no de mucho trabajo. Esta es nuestra realidad. Por eso se necesito una ley, LEY MICAELA, una ley que nos manda a estudiar las demás leyes. Una vergüenza que no tiene antecedentes en el derecho.
Se piden leyes para lo que ya está legislado, que nadie parece conocer o interesarse por conocer, y se manifiesta ante el Congreso Nacional y las Legislaturas Provinciales para que sigan dictando leyes sobre cuestiones que ya están legisladas. Los legisladores elaboran proyectos de ley apremiados por los reclamos populares sin saber que su proyecto ya está en una ley. Parece que a nadie le interesa estudiar y capacitarse, protesto por protestar, porque las víctimas siguen esperando en las antesalas de tribunales y comisarías, solas, sin acompañamiento, sin protección, hasta que mueren, como Micaela, o su juicio termina en una sentencia escandalosa, como Lucía Pérez.
¿Cuántas Micaelas, cuántas Lucías hay todos los días pero nadie está a su lado?
EMERGENCIA INTELECTUAL
Frente al desconocimiento sobre los derechos de las mujeres a una vida sin discriminación y violencia NO ES NECESARIA UNA DECLARACIÓN DE EMERGENCIA en Violencia de Género, sino que en forma inmediata hay que ordenar que todos se capaciten en perspectiva y violencia de género como indica la Ley Micaela, y cuando se dice todos debe ser todos. Todas las Universidades, públicas y privadas deberían disponer en forma inmediata que todos sus alumnos deban rendir una prueba de evaluación sobre perspectiva y violencia de género y que ésta sea condicionante para rendir cualquier otra materia posterior o para obtener su título. Así también debería hacerse en todos los trabajos y las Asociaciones Gremiales comprometerse a capacitar a sus afiliados y las Asociaciones Empresariales tomar el mismo compromiso.
Si alguien leyó la Ley Micaela, esta es muy clara sobre lo que hay que hacer. HAY QUE ESTUDIAR. También indica las sanciones que tendrán quienes no se capaciten, y que el Instituto Nacional de la Mujer los escrachara en una página Web. Será considerado falta grave para todo aquel que pertenezca a cualquiera de los tres poderes del estado. De nada vale ninguna emergencia o destino de fondos si no se conocen los derechos que se deben proteger. Si no hay suficientes capacitadores habrá que formar capacitadores, esa es la tarea. Hemos perdido 10 años por lo menos, hemos gastado recursos y no se ha avanzado todo lo que se debería. Si NACIONES UNIDAS declaró a la violencia contra las mujeres como PANDEMIA, eso no lo hizo solo por Argentina, algo que debemos entender. El problema no es solo nuestro, es mundial.
Solo con el conocimiento vamos a poder resolver este problema, para el cambio cultural se requiere capacitación… POR MICAELA y LUCÍA.