Por CAROLINA JACKY / Todos los días nos sorprende un femicidio más, ocupan espacio en los medios, y se organizan marchas pidiendo una ley de emergencia, y de paso se hace política sobre otros temas que no les interesa a las víctimas ni a sus familiares, pero… ya que estamos aprovechemos la oportunidad.
Es noticia cuando una mujer muere en manos de un hombre en un contexto de violencia de género, pero no es noticia cuando se logra algún éxito en la prevención.
Piden leyes cuando tienen las leyes, tienen las Convenciones Internacionales, pero nadie las lee, nadie las estudia.
¿Quién leyó las Convenciones CEDAW y BELEM DO PARA y las recomendaciones dictadas por sus Comités de seguimiento?, solo CEDAW ha dictado 34 Recomendaciones Generales, pero aparte tiene recomendaciones particulares para cada Estado.
De acuerdo con lo que se aprecia, muchas de las banderas que se levantan en las marchas y en las proclamas demuestran el desconocimiento de la legislación que ya tenemos, y que solo hay que hacer valer el derecho en la Justicia.
Las leyes están, otra cosa es que no se apliquen, pero estar pidiendo lo que ya existe, da pena.
Con más leyes diciendo lo mismo nada se va lograr, solo que todo esto lo hagamos como campaña política.
Para el momento de las marchas o de los discursos políticos todos dicen presente, recordamos a las víctimas y nos abrazamos con sus familiares, pero a la hora de defender sus derechos, a jugarse por ellas, muchos miran para otro lado.
Ningún partido está exento de tener machirulos. Los hay psicópatas que terminan en procesos judiciales, algunos condenados, otros con una suspensión de juicio a prueba, o cualquier otro mamarracho jurídico que sirva para salvar al amigo.
También los hay aquellos que están para la foto, pero no para ayudar, colaborar o visibilizar esta grave problemática.
Cuando nos dicen que en sus dependencias tienen un área dedicada a la mujer, o a las cuestiones de género, no nos confiemos, a la hora de la verdad nunca los encontramos, y quienes trabajan en esas áreas terminan comiéndose el sapo, o los sapos.
Desde 2011/12 que comenzaron a instalarse con fuerza estos derechos de las mujeres a tener una vida sin violencia muchos funcionarios, profesionales y empleados de esas áreas se los vio comiendo sapos con bastante frecuencia.
Repasar los Gobernadores, Intendentes, Ministros, Secretarios, Legisladores, Magistrados que provocaron hechos reprochables en esta lucha, no tendría fin.
Mientras esto sucede “la gente del partido” se ha comportado de distintas formas: Unos callaron, guardando silencio, otros tibiamente dieron su opinión y su posición, lo que es respetable, y otros salieron a defender a su dirigente, o a su candidato, sin importar la víctima, esto si es repudiable, y hay que tenerlo presente.
En un femicidio no hay una víctima, siempre hay varias víctimas.
La mujer muerta a manos de un hombre en un contexto de violencia de género, es LA VÍCTIMA, pero esa mujer deja una familia, hijos, padres, hermanos, ellos también son víctimas.
A las víctimas que quedan, las que verdaderamente levantan las banderas de lucha, a ellas les debemos todo el respeto y la atención.
A estas víctimas no se las puede revictimizar, ni usar políticamente.
Esta semana sucedió un hecho que posiblemente pocos conocen y que tuvo como protagonista a la mamá de una víctima de femicidio.
A esta mamá se le prometió acompañarla en un evento, y ese acompañamiento institucional y económico que iba a dar la Municipalidad de Maipú de la Provincia de Mendoza, sobre la fecha del evento, y después de haber publicitado el mismo, parecía retirarse.
A esa mamá se le avisó primero que había una orden judicial que impedía a la Municipalidad hacer el evento, después esa orden no apareció y se dijo que hubo una carta documento, que tampoco apareció, y finalmente la Municipalidad de Maipú se avino a prestar parte de colaboración, restándole $4.500 a la mamá de la víctima, dinero destinado al pago de la artista del film que se daría en el cine Imperial, que estaría presente en la función.
Parte de ese dinero tuvo que conseguirse por otros medios, o sea acudiendo a gente con compromiso.
Mucho hablan de sororidad, pero esta vez falto y bastante, y mucho más cuando se le pidió al Intendente Alejandro Bermejo que diera las explicaciones, él es el Jefe Comunal y por tanto él debe dar las explicaciones. Ahí fue cuando aparecieron quienes por compromiso partidario, por el cargo que mañana le pueden dar, o por el que hoy no quieren perder, se olvidaron de la víctima, se olvidaron de la mamá de JULIETA GONZALEZ, y salieron a cubrir a su Jefe Político.
Eso es revictimización, y quienes salieron a defender a su candidato partidario y a su partido sin pensar en la víctima, privilegiando la militancia partidaria, quedaron en evidencia.
Las víctimas tienen una sensibilidad especial y se dan cuenta cuando están con falsos e hipócritas, lo sienten, lo perciben.
Esta vez no se necesitó tener gran sensibilidad, hasta lo expresaron en las redes sociales.
En todos los partidos existen estos dirigentes o colaboradores, lo importante es que empecemos a identificarlos, señalarlos, y que ellos entiendan que tienen que cambiar, comprometerse, y si tienen inútiles trabajando con ellos separarlos, porque les pueden hacer perder una elección.
NO USEMOS A LAS VÍCTIMAS EN NUESTRO BENEFICIO O EL DE NUESTRO PARTIDO.
Los derechos son para todas las mujeres sin distinción de color partidario o de pañuelo.
Carolina Jacky