(Por Agencias) – Con una estrategia bien “copera”, River consiguió en Ecuador su primer triunfo en el Grupo 4 de la Copa Libertadores. Con gol de Javier Pinola, venció a domicilio 1-0 a Emelec y se subió a la cima de la zona, con cinco unidades, misma cantidad que Flamengo.
En el estadio Capwell, con arbitraje el paraguayo Enrique Cáceres, el “Millonario” le sacó plena rentabilidad al gol del ex defensor de Rosario Central. Si bien tuvo
La urgencia llevó a Emelec a salir a apretar a River en la salida, sobre todo a sus hombres más dotados. Eso complicó al conjunto de Marcelo Gallardo en el manejo de la pelota. Sin embargo, el ahogo no se tradujo, precisamente, en un aluvión de acciones de gol.
La falta de sintonía fina produjo que los ataques de los eléctricos murieran, en su mayoría, en tres cuartos de campo. Armani respondió, una vez más, en una salida con los puños y en un mano a mano, en el que atoró con arrojo la definición de Marlon de Jesús.
River buscó bajarle el ritmo al partido y superar la asfixia. Pero, excepto a través de alguna pelota parada, padeció la elaboración. Pratto tampoco logró ser, de espaldas, el pivote para rebotar y convocar a los mediocampistas.
Sin embargo, con el correr de los minutos, River fue haciendo valer su aplomo en este tipo de partidos. Y, cuando tuvo su chance, acertó: a los 43´, centro de Gonzalo Martínez y cabezazo oportuno y goleador de Javier Pinola.
En el inicio de la segunda parte, el visitante cedió terreno. Esperó en su campo (por momentos, con excepción de borré) para usufructuar de contragolpe el desorden que Emelec evidenció aún en sus mejores momentos de presión.
Armani volvió a cumplir cuando fue llamado a la acción, mientras que el elenco de Núñez contó con un par de jugadas rápidas en las que halló espacios, pero que no supo finalizar con precisión.
Sin sobrarle nada, sin creatividad y sin juego, River se puso a aguantar y esperar una contra de esas que liquidan la historia. La tuvo pero en los pies de Nacho Fernández que no anduvo en su noche. Mientras, Emelec, se jugaba por el todo. Y en su descontrol, contó con dos situaciones claras: un tiro libre durísimo y otro mano a mano que Armani volvió a resolver como un arquero gana partidos. Y con eso, esta vez le alcanzó.