Se trata de Maximiliano Torino, un adolescente que trabaja y lucha por torcerle el rumbo a la vida. Una bonita historia
Es un joven con ambiciones. Tiene ideas claras y un horizonte amplio que desea recorrer a corto plazo para alcanzar los objetivos soñados. Su vida ha sido apresurada. De niño a adolecente, de adolecente a joven y de joven a hombre en cuestión de poco tiempo. Muy poco tiempo para tantas mutaciones.
Maximiliano Torino es nuestro protagonista y tiene tan sólo 17 años. Viene de conquistar una medalla en el certamen nacional disputado en Chubut, combustible que lo impulsa para continuar trabajando en el gimnasio de la Federación Mendocina de Box bajo la supervisión de Cristian Escudero, su entrenador.
“Es cierto que vengo de realizar un buen torneo. Tuve muy buenos resultados y muy buenos rivales. Tengo 17 años, empecé y pienso terminar mi carrera con Óscar Escudero y con Cristian Escudero, mis entrenadores. Empecé a la edad de los 13 años con ellos y le damos con todo para el día de mañana poder lograr algo” se presenta de ese modo uno de los valores que prometen hoy por hoy en el boxeo mendocino.
“El torneo nacional se disputó en la provincia de Chubut y allí salí tercero. No pasé a la final porque perdí ante un boxeador tucumano. Me costó adaptarme a la pelea porque era un boxeador muy rápido y ellos están interesados en marcar puntos, todo lo contrario, a lo mío, ya que siempre busco el nocaut” dijo el confeso hincha de Independiente Rivadavia.
“El haber tomado parte del torneo fue un gran aprendizaje. Estoy preparándome para lo que venga y para lo que sea. Quiero pelear con los mejores de mi categoría en amateur para demostrar que soy uno de los mejores” suelta el joven boxeador mendocino.
“En el boxeo comencé porque quería hacer algo que me distrajera. Tenía problemas familiares y con el correr de los días, de las semanas, me fui enamorando del boxeo. Siempre me agarré a las piñas en la escuela, siempre fui de andar a las piñas y hacía fútbol, jugué en La Lepra y no se me dio, así que me dediqué de lleno a este deporte”.
“Soy nacido en Mendoza, pero viví varios años en San Juan. Mi papá es mendocino y mi mamá de San Juan. La vida nos presentó varios problemas, pero hemos sabido plantarnos ante ella. Todo eso me motiva y me genera fuerzas para seguir adelante, para seguir esforzándome en este deporte que amo” analizó Torino.
“Soy disciplinado, pero en realidad no me gustaría definirme con una sola palabra, no sé si seré disciplinado, me corrijo en eso, pero creo que estoy haciendo algo que amo y le echo ganas a esto, cosa que creo es difícil encontrar en estas épocas. Hoy en día que un chico quiera hacer deporte es complejo, yo si tengo ganas de surgir” sentenció.
“Estudio y trabajo. Trabajo de mozo, en la construcción, también de ayudante metalúrgico. Trabajo en lo que sea. No soy vago, al contrario, quiero surgir, ser alguien en la vida. Mucho me ayuda e incentiva mi novia (Milagros Farías). Me sacrifico mucho y uno de los mayores motores para este trabajo es ella. Ojalá pueda cumplir la mayoría de los sueños, por ellos vivo” dijo el joven con alma de adulto, con deseos de progreso e imponer su ley en el difícil mundo de las narices chatas.