El taxidermista destacado del Museo de Ciencias Naturales y Antropológicas de Mendoza brindará una capacitación a sus pares del sur mendocino.
En el Museo Juan Cornelio Moyano trabaja un taxidermista que es uno de los pocos que hay en la provincia. Edgardo Aranguez se encarga de la conservación de los animales con esta tarea, que es un trabajo artesanal único.
Por pedido de la Dirección de Cultura de Gral. Alvear y en coordinación con la Dirección de Patrimonio Cultural y Museos, de la provincia, se realizará una visita al Museo de Ciencias Naturales Rafael Reinoso, de San Pedro del Atuel, con el objetivo de brindar asesoramiento para una mejor conservación de los ejemplares taxidermizados que componen la muestra de ese museo.
Este asesoramiento está destinado al personal del Museo, con el fin de que puedan adquirir técnicas de reparación de ejemplares, manipulación de los mismos, prevención de accidentes, cuidado personal y de los visitantes.
“Desde General Alvear han solicitado esta especialización, para que les haga una capacitación a empleados del Museo de ese municipio, donde tienen piezas de este tipo, con animales taxidermizados. Hemos autorizado a Edgardo Aranguez para que vaya a dar un curso y una formación técnica, en abril”, señaló Horacio Chiavazza, director de Patrimonio Cultural y Museos de la Provincia.
El delicado trabajo de Taxidermia
La tarea de preservar las especies de animales muertos se realiza a través de un minucioso trabajo de “taxidermia”, que consiste en el disecado y una delicada manera de exhibir en posiciones naturales a los ejemplares preparados.
Muchas de las especies son extintas o en grave peligro, por el deterioro ambiental, para cuya conservación se trabaja con todos los recursos técnicos y científicos. Se llama así, “taxidermia”, porque no es un “embalsamado”, que es otra técnica.
Taxidermia quiere decir “tratamiento de la piel” y así se conserva. La taxidermia, del griego taxis ‘arreglo, colocación’ y dermis ‘piel’, se define como el oficio de disecar animales, para conservarlos con apariencia de vivos y facilitar así su exposición, estudio y conservación. Es una antigua práctica, desde la época de los egipcios, para mantener los animales muertos para su posterior exhibición y hoy, de mucha utilidad para la ciencia.
Edgardo Aranguez es profesional taxidermista, desde 1992, en el Museo Juan Cornelio Moyano. Señaló que “de joven tuve contacto con las técnicas de taxidermia, gracias a un amigo que realizaba algunos trabajos. En el año 1992, cuando ingresé al Museo Moyano, pude cumplir con todas las expectativas de realizar no sólo tareas a tal fin, sino que pude capacitarme en el Museo de La Plata. Investigué y me pude especializar en algo sumamente didáctico que es el ensamble osteológico, que consiste en poder armar esqueletos de animales actuales, para engrosar las muestras que se presentan en el mencionado Museo”.
Según afirma el especialista, esta técnica tiene varios fines, en un Museo como una práctica que expone, documenta y conserva animales, tanto para fines científicos como de exhibición, distinta a la que se lleva en forma privada, que por lo general son trofeos de caza.
El trabajo con las piezas varía de acuerdo a cada caso en particular y su tiempo de realización es muy variable. De acuerdo al especialista, “depende del tamaño del ejemplar y de la especie a la que pertenezca. Puede ser de sólo un par de días, a unas semanas. Hay pieles que te permiten hacerlo más tranquilo, pero otras no, tiene que ser un trabajo rápido”.
En relación a la técnica aplicada, el profesional precisó: “Consiste en preservar a animales fallecidos, con la apariencia que tenían al estar vivos. Permite que, mientras se esté preparando el ejemplar, se le pueda dar la forma que se desee, con los conocimientos de la naturaleza, investigando sobre su anatomía y comportamiento. Entonces, el ejemplar realizado será una reproducción lo más parecido al animal en vida”.
La visita al Museo de Ciencias Naturales Rafael Reinoso de San Pedro del Atuel, de General Alvear, se realizará durante abril.