La historia de superhéroes icónicos como Superman, Batman, Spiderman y Pantera Negra, con más de cien años de existencia en el mundo del cómic, que luego pasaron a las series televisivas y largometrajes, se exhibe en una muestra de un museo de Londres donde se aborda la orfandad que atraviesa a estos personajes y su infancia traumática como un sello identitario que hoy perdura en cómics japoneses o en novelas gráficas modernas, como Amina de Zenobia, una refugiada siria.
La muestra ‘Superhéroes, Huérfanos y Orígenes: 125 años en el cómic”, inaugurada en el museo Foundling de Londres, exhibe cómics, novelas gráficas y posters sobre estos personajes cuya temática trascendió en los últimos años a la literatura con la saga de Harry Potter, el niño mago que deberá enfrentarse constantemente al tenebroso Voldemort, asesino de sus padres.
Mas allá de los poderes sobrehumanos de estos superhéroes, la muestra apunta a mostrar que no son los únicos que han vivido esta dolorosa experiencia de la orfandad, sino que en ellos se representa la historia de miles de niños que pasan por esa situación, en los que se juega el tema de la identidad, la pertenencia y los vínculos que llegan a consolidar con sus padres adoptivos, parejas o compañeros de trabajo.
“Es una parte de nuestra sociedad en la que no pensamos ni hablamos mucho, y sin embargo se esconde a la vista de todos en la cultura popular”, sostiene Caro Howell, directora del museo, cuya primera sede fue un refugio para jóvenes abandonados en 1739.
“A partir de la pequeña Annie, -la historieta que llegó a musical- el mundo está familiarizado con la forma en que estos personajes sobrevivieron sin padres, pero es una realidad vivida por cientos de miles de niños que crecen lejos de su familia o bajo cuidado. Al igual que estos huérfanos de ficción, necesitan una inmensa capacidad de recuperación para superar el trauma y construir una identidad. ¿Cómo construyen un sentido de autoestima?”, se pregunta Howell, según el periódico The Guardian.
Así, la muestra aborda la historia de Superman de los años 40 y 50, con su capacidad para volar y tres identidades diferentes -Kal-El, el nombre dado por sus padres biológicos, Clark Kent, a quien adoptan Jonathan y Martha Kent, y Superman, que lucha por equilibrar esas tres personalidades. Su historia arranca un 14 de febrero de 1921, cuando el mecánico Walt Wallet encuentra un bebé en una canasta en la puerta de su casa con un mensaje anónimo. Walt lo cría como a su propio hijo, lo apoda “Skeezix” y la relación entre padre hijo crece en tiempo real.
La madre y el padre de Spiderman mueren en un accidente de avión, al igual que la la madre y el padre de Batman que mueren en un robo en una avenida, y Pantera Negra es llamado “el rey huérfano” después de que su madre muere después del parto y su padre es asesinado. Los X-Men de Marvel también sufren una discriminación temprana y segregación social que más tarde conforman la postura con la que afrontan el bien y el mal.
Se rescata asimismo la historia de la pequeña huérfana Annie, el personaje de Harold publicado en el “Chicago Sunday Tribune” desde 1924 a 2010 -más conocido por el musical con su nombre-, que se caracteriza por su ingenio y rapidez mental para afrontar los desafíos de la orfandad..
Una de las obras de arte que se expone por primera vez es la recreación que la artista Robyn Smith hizo en 2021 de Nubia, la hermana negra de Wonder Woman, para DC Comics. “Son personas que han tenido que construir su identidad en un contexto de enorme estigma social. Son forasteros”, dice Howell, quien señala que esa “es también la fuente de su poder y lo que les hace especiales. Pero les mantiene solos, luchando por formar una relación permanente a veces”.
Se pueden ver imágenes de Marvel y ediciones particulares de X-Men de los años setenta y ochenta, y se exponen dibujos originales de Sunny y de otros cómics históricos, junto con Hogan’s Alley, además de Sanmao, que se interpreta como “tres pelos” y fue creado en 1935 por el venerado dibujante chino Zhang Leping.
La exposición surgió a partir de un trabajo de 2014 encargado por el museo al poeta e intérprete Lemn Sissay, que creció en un orfanato. Su poema Superman Was a Foundling se imprimió en las paredes del Estudio del museo y pretendía llamar la atención sobre la distancia entre la admiración por los personajes de ficción acogidos, adoptados o huérfanos y el desprecio que Sissay vivió junto a otros niños en la vida real.
“Para las personas que han crecido sin padres biológicos, el Museo Foundling es un lugar de visibilidad e incluso de validación”, dijo Howell y señaló que “al explorar este aspecto ignorado de los orígenes de los superhéroes, esperamos concienciar sobre la inmensa resistencia necesaria para superar la separación, la pérdida, el estigma y la indiferencia de la sociedad”.
Muchas de las obras que se exponen fueron creadas por artistas de todo el mundo que vivieron historias de orfandad, como Carlos Giménez, creador de Paracuellos (1976), quien pasó gran parte de su infancia en España en casas de “ayuda social” creadas durante el período franquista.
La obra Palimpsest (2019) de Lisa Wool-Rim Sjöblom está relacionada con su condición de adoptada en su país y el exterior: nacida en Corea, vivió en un orfanato hasta los dos años y luego fue adoptada, y vivió en Suecia. Keiji Nakazawa sobrevivió al bombardeo de Hiroshima, pero su padre, su hermano y su hermana murieron. Más tarde, su madre murió por problemas de salud asociados a esa situación, lo que lo llevó a crear la secuencia de manga Barefoot Gen.
Personajes del manga japonés de los años noventa y principios de la década de 2000, continúan ese derrotero al igual que la protagonista de la novela gráfica moderna, como Amina de Zenobia, que es una refugiada siria.
