Un agente penitenciario de 34 años fue condenado en Mendoza, a 14 años de prisión, tras comprobarse que había abusado de cinco menores de edad, de los cuales tres son hijos de su hermana. Las víctimas tenían entre 3 y 10 años. Los hechos ocurrieron en la Ciudad de Mendoza y el Departamento de Las Heras entre 2017 y 2020.
La condena no resultó satisfactoria para quienes esperaban que fuera de prisión perpetua por haberse tratado de niños más el agravante de que la mayoría eran parientes.
El caso, publicado por Diario UNO, cuenta que desde noviembre del 2020 “Nasi”, como es apodado el hombre, se encuentra privado de su libertad tras efectuarse la primera de las tres denuncias que recayeron en su contra.
En ese caso puntual, las víctimas del abuso habrían sido dos de sus sobrinas, lo cual derivó en una segunda causa judicial que investiga el mismo hecho pero cometido contra dos hijas de una amiga suya. Luego, aparece una tercera investigación por vejámenes contra otro sobrino.
En tal contexto, abrumado por la prueba en su contra, el presunto violador serial decidió aceptar un juicio abreviado que se concretó este jueves luego del pertinente acuerdo entre la fiscal de Delitos Sexuales, Virginia Rumbo, y la defensa del penitenciario.
Allí, tras admitir su autoría en todos los hechos, el juez Diego Flamant lo condenó a 14 años y 6 meses de prisión por abuso sexual con acceso carnal. También por abuso sexual simple, exhibiciones obscenas y corrupción de menores; algunos agravados por estar encargado de la guarda y convivir con las víctimas.
Según informó Diario UNO, la primera denuncia contra el ahora condenado sostiene que entre 2017 y septiembre de 2020 atacó sexualmente a sus dos sobrinas. La menor tenía entre 3 y 6 años, mientras que la mayor tenía entre 5 y 8.
El hombre se aprovechaba de las nenas toda vez que su hermana se iba del domicilio para realizar las compras. En esas oportunidades se llevaba a las niñas a la habitación ubicada en la planta alta donde les mostraba videos pornográficos en su teléfono celular.
A continuación, les pedía a las víctimas que imitaran las imágenes que veían, se masturbaba frente a ellas y las tocaba en sus partes íntimas.