Por CAROLINA JACKY / La renuncia de la hoy exMinistra, Elizabeth Gómez Alcorta, pone en discusión si seguiremos teniendo Ministerio o este pasará a ser Secretaría, o directamente desaparecerá.
Muchas son las voces que se alzan por alguna de esas alternativas, y esto tiene que ver, por una gestión que no llegó a la gente, no llegó a quienes debía llegar.
En la ruta por la defensa de los derechos de la mujer se fue avanzando con paso firme y desde una Oficina a una Dirección, pasando hasta por una Secretaría, finalmente se cumplió el sueño de llegar a un Ministerio.
Pero, de que vale llegar a un Ministerio, si luego no sabemos qué hacer, o si aquellas personas a las que hay que asistir no se han sentido asistidas.
Los derechos de la mujer, la lucha contra la discriminación y la violencia, tiene un sustento legal, internacional y nacional, y no tendría que tener banderas políticas.
El Ministerio tenía su objeto, su propio nombre lo dice: de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación Argentina.
Esa defensa de derechos no puede ser sectaria y menos complaciente con nadie.
En esta última parte está el motivo de renuncia de la Dra. Gómez Alcorta, por el incumplimiento a tratados internacionales con motivo de la detención de mujeres, autodenominadas “mapuches”, pero mujeres al fin, por parte el Ministerio de Seguridad de la Nación.
La parte sectaria de la ex funcionaria está en que no importa si son o no son mapuches, son mujeres, igual que las mujeres iraníes o las migrantes en países europeos o en Estados Unidos, o en Venezuela, o en Nicaragua, para algunas cosas renuncia, para otras no, esto es el sectarismo ideológico que deterioró el funcionamiento de ese Ministerio.
Desde lo administrativo se le imputa la subejecución presupuestaria.
Para quien no entienda el término, esto significa: que los gastos presupuestados no se realizaron por razones ignoradas. Estas pueden ser la falta de capacidad de gestión, errores del plan presupuestario, partidas innecesarias, errores de estimación, en definitiva, tres años de fracaso en la gestión.
Desde la calle hay que decir que las destinatarias de este Ministerio no advierten que las políticas las hayan beneficiado.
La foto de capacitar al Gabinete de Gobierno, el hablar con la “e”, el promover el “cupo trans” sin mostrar una estadística de su logro, la falta de atención psicológica, psiquiátrica y jurídica gratuita a las víctimas, nada parece haber llegado a la gente en estos tres años de gobierno.
El resultado de todo esto es que hoy se piense en pasar de Ministerio a Secretaría.
El ver las opiniones en las redes, nos muestra cómo se alzan voces para que directamente se cierre este Ministerio.
Los fundamentalismos, el sectarismo, la politización partidaria de un derecho terminan lesionando ese derecho, y así también a mujeres, niños, niñas y adolescentes, esta es la contribución que nos deja Elizabeth Gómez Alcorta.
Esto nos debe dejar una enseñanza, no se pueden perder los derechos, pero tampoco podemos aplicarlo solo para aquellas que ideológicamente están con nuestro pensamiento.
La grieta no puede existir en este derecho o, mejor dicho, debemos trabajar para que no exista, y así mañana tener un Ministerio de la Mujer que realmente cumpla con sus objetivos.