La ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes de Mendoza, Ana María Nadal, sostuvo que “la memoria es indispensable para la reconstrucción de nuestra identidad colectiva”. Acompañó al intendente de Godoy Cruz, Tadeo García Zalazar, a la titular de Derechos Humanos de la Provincia, Luz Faingold, y a los representantes de los organismos de Derechos Humanos en la inauguración de un espacio para la Memoria que funcionará, a partir de hoy, en la ex Comisaría 7ª, centro de detención y tortura durante la última dictadura militar.

Frente a la plaza departamental, a escasos metros de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza, comercios y varios colegios, el añoso edificio de la ex Comisaría 7ª, de Godoy Cruz, funcionó como centro de detenciones clandestinas y torturas en la última dictadura cívico-militar que vivió la Argentina y fue el lugar para fortalecer el concepto de la memoria indispensable.

Desde hoy, a casi 40 años de la recuperación de la democracia, quienes transitan diariamente por el lugar se encontrarán con distintas señales, imágenes y relatos que dan cuenta de lo ocurrido en ese lugar durante el período más oscuro de la historia de nuestro país.

La iniciativa que concretó la Municipalidad de Godoy con el apoyo de la Provincia y de los organismos de Derechos Humanos de Mendoza tiene como fin mantener viva la memoria común para alcanzar la verdad y la justicia y, de este modo, fortalecer nuestra democracia.

En la inauguración del espacio, acto que formó parte del programa de actividades por el Día Nacional de la Memoria, la ministra de Salud, Desarrollo Social y Deportes, Ana María Nadal, resaltó la importancia de recordar, conocer la verdad y buscar justicia. “Una justicia que repare, porque solo desde la reparación del daño individual y colectivo es que vamos a poder sanar y seguir adelante”, dijo.

La titular de la cartera que contiene a la Dirección de Derechos Humanos reconoció la tarea de los colectivos que posibilitó que, a partir de 1983, con el restablecimiento del sistema democrático, se iniciara el camino para dar a conocer la verdad sobre los crímenes de la dictadura y garantizar justicia a las víctimas. Mantener viva la memoria sobre estos hechos “es indispensable para la construcción de nuestra identidad colectiva”, afirmó.

El intendente de Godoy Cruz, por su parte, relató el largo proceso que llevó adelante el Municipio para recuperar el espacio que desde hoy funcionará como centro cultural para la memoria y la tolerancia.

“Después de un golpe militar, el edificio que en 1918 fue pensado como casa municipal quedó en manos de la Policía por más de 60 años y fue una de las sedes del horror institucional más grande y vergonzante que vivió el país a partir de 1976. En el 2005 comenzaron las primeras tratativas con la Provincia para restituirlo al Municipio. Intentamos hacerlo mediante un proyecto de ley que no tuvo apoyo en la Legislatura. Finalmente, durante la gobernación de Alfredo Cornejo se tomó la decisión de mudar la Comisaría Séptima y, de este modo, recuperar el edificio como patrimonio de la Comuna para convertirlo en un espacio cultural desde donde dar a conocer una parte de la historia del departamento”, explicó García Zalazar.

El intendente destacó que el espacio brindará a los jóvenes, “chicos y chicas que pasan por aquí diariamente, la posibilidad de conocer lo que sucedió durante la dictadura, pero también valorar que en democracia se creó la Conadep, un ejemplo a nivel mundial, para conocer la verdad y abrir los juicios a las juntas militares responsables del horror”.

En el acto estuvieron también, entre otros funcionarios, la ministra de Cultura y Turismo, Nora Vicario, y el subsecretario de Desarrollo Social de la Provincia, Alejandro Verón.

Luz Faingold y el ejercicio de la memoria

Luz Faingold tiene a cargo la Dirección de Derechos Humanos de la Provincia y es una de las víctimas sobrevivientes de la dictadura que se instauró en el país el 24 de marzo de 1976.

En cada oportunidad, Faingold brinda su testimonio como muestra de su compromiso con la verdad y contribución a las nuevas generaciones de argentinos que deben conocer lo que sucedió cuando ella era muy joven, para que no ocurra nunca más.  

“El 24 de marzo de 1976 se perdieron todas las garantías, todos los controles republicanos. Se disolvió el Congreso, se sustituyeron las autoridades, se cerraron las legislaturas provinciales, los sindicatos, los partidos políticos. La Junta Militar tomó el poder, organizó a la Argentina en cuadrículas para la represión. Lo que había pasado en los años previos por la lucha de las distintas fracciones del partido gobernante, con las detenciones arbitrarias, se volvió otra cosa: esa madrugada comenzaron los secuestros. Entraron a las casas y se llevaron a hombres, mujeres y niños a los centros clandestinos de detención, como el que funcionaba en este edificio, según consta en informe de la Conadep”, relató.

Este año, la directora de Derechos Humanos de la Provincia se refirió a su experiencia personal como homenaje a su madre recientemente fallecida. “Ella fue una de las madres que estuvo golpeando la puerta de los cuarteles y las de los jueces federales cómplices. Recuerdo su voz al otro lado de la puerta del juzgado, reclamando el cumplimiento de la Constitución Argentina”.

Al compartir con los asistentes al acto el recuerdo de su madre, Luz Faingold rescató “la fuerza y valentía de las mujeres argentinas y, especialmente, de las Madres que no dejaron de buscar a sus hijos detenidos desaparecidos”.