Unos 15 colegios de la Ciudad de Buenos Aires permanecen tomados a pesar de las intimaciones y denuncias que aplicó el Gobierno porteño contra los padres de los estudiantes que participan de las protestas.
De acuerdo al último listado actualizado por la Coordinadora de Estudiantes de Base, que nuclea la información que va surgiendo de los diferentes centros de alumnos de la Ciudad, al cierre de la cuarta jornada de protestas se mantienen tomados los siguientes establecimientos: Carlos Pellegrini, Pasteur, Moreno, Falcone, García Lorca, Tosco, Pugliese, Esnaola, Roca, Walsh, Cerámica, Lengüitas, Avellaneda y Guaglianone.
En las últimas horas se sumó el Nacional Buenos Aires, donde los jóvenes realizaron “un pernocte” este miércoles después de una asamblea.
La primera respuesta desde el gobierno porteño fue por parte de la ministra de Educación, Soledad Acuña, quien se encargó de repudiar las tomas y tuiteó que “la rebeldía de los jóvenes tiene que encontrar un límite” y también señaló que “es la política residual de un modelo que se está terminando”.
El lunes por la noche, el Ministerio de Educación porteño había adelantado que denunciaría a los padres de los alumnos que mantengan las tomas en los colegios con el objetivo de que respondan “por los daños que pudieran sufrir los estudiantes y los bienes escolares”.
Así fue que en las últimas horas la Policía de la Ciudad se presentó en los domicilios de los padres de esos alumnos para notificarlos del inicio del expediente por violación al Código Contravencional.
Uno de los hechos más polémicos se dio ayer en el Carlos Pellegrini, donde la presidenta del centro de estudiantes Micaela Güera de Souza, cerró el establecimiento con un candado y sostuvo que “las autoridades deben retirarse del lugar” cada vez que ellos adopten una protesta de ese tipo.
“Cuando tomamos el colegio, automáticamente las autoridades, los docentes, los preceptores o autoridad a cargo del colegio, tienen que retirarse apenas firmamos un acta en la cual nos comprometemos a cuidar el colegio”, dijo la joven y luego argumentó su decisión: “Nosotros en el ‘Pelle’ tenemos un portón que se cierra con un candado. Ese candado lo suelen tener los no docentes que trabajan acá en la escuela. Nosotros al no tener eso por una cuestión de seguridad compramos y tenemos nuestro propio candado, porque por la noche no se puede entrar ni salir”.
Mientras crecen las tomas, los estudiantes no cesan sus reclamos y le dejan un aviso a las autoridades porteñas: “Nosotros le tiramos la pelota a la ministra Acuña y al gobierno de la Ciudad”. Habrá que ver si la ministra responde. Su última comunicación fue el martes cuando dijo que “el costo de las tomas lo pagan los chicos con días perdidos de clase y los ciudadanos que sostienen la educación pública con sus impuestos”.