Aunque la crisis económica golpea fuerte al mercado editorial, en Mendoza las historias románticas juveniles y los nombres propios de la literatura argentina siguen generando interés. Los lectores locales buscan nuevas voces y refugio en la ficción.
En tiempos donde los datos en tiempo real sobre consumo cultural son escasos, las tendencias literarias en Mendoza dejan entrever un fenómeno interesante: el auge sostenido de la literatura juvenil romántica y el renovado interés por autores nacionales de ficción.
Nombres como Mariana Enríquez y Selva Almada continúan captando la atención de los lectores, tanto por la potencia de sus historias como por su capacidad de conectar con una generación atravesada por lo social, lo cotidiano y lo fantástico.
Sin embargo, el contexto económico no deja de impactar. Las ventas generales de libros han caído, afectadas por la pérdida del poder adquisitivo y el encarecimiento del papel. Aun así, en medio de la crisis, autores locales como Martín Rumbo y Gabriel Lagiglia encuentran su público y mantienen viva la escena literaria mendocina.
El panorama se completa con un abanico diverso de lecturas: desde la fantasía épica de “El héroe de las eras” hasta la profundidad simbólica de “Mujeres que corren con los lobos”, obras que revelan un interés creciente por la introspección, la identidad y el mito.
Más allá de las cifras, el libro sigue siendo refugio, conversación y resistencia cultural. En Mendoza —como en tantos otros rincones del país—, leer continúa siendo un gesto de esperanza.
