El prometedor boxeador mendocino se impuso en tres asaltos ante Alejandro Cirica. Hubo una gran cartelera de combates amateurs
El cierre de una extensa y prometedora velada de boxeo —profesional y amateur— realizada en el Club Villa Seca tuvo un final a puro festejo para el público local, gracias al triunfo de Damián Castro en la pelea rentada de la jornada.
El combate principal, que coronó una programación con 15 peleas amateurs —incluyendo títulos y eliminatorias—, enfrentó al anfitrión Damián “La Bestia” Castro (63,300 kg), de Maipú, con el tupungatino Alejandro Cirica (62,800 kg). La victoria quedó en manos del pupilo de Matías Lucero por nocaut técnico, a pocos segundos de terminar el tercer asalto del pleito pactado a cuatro rounds en la categoría superligero.
Con apenas 20 años, La Bestia cerró la noche en medio del entusiasmo de su gente, que colmó el gimnasio del Club Villa Seca con unas 500 personas. Así, el boxeador de Tres Esquinas alcanzó su segundo triunfo profesional, ambos antes del límite, a los que se suma el empate de su debut el año pasado.

Tras un nutrido programa amateur —con una final y dos cuartos de final del torneo Guantes de Oro; dos peleas por la Copa Ciudad de Maipú, clasificatorias para integrar el seleccionado de la Federación Mendocina de Box rumbo al Regional de San Luis; y un título mendocino en disputa— llegó el turno del esperado combate entre Castro y Cirica.
La pelea fue prácticamente un monólogo, con un Castro muy concentrado que desde el centro del ring se dedicó a cortar los desplazamientos de su rival y buscar un nocaut contundente. Desde el primer minuto dañó a Cirica, obligándolo a trabajar en modo supervivencia. Con un jab de zurda constante, La Bestia buscó evitar sorpresas ante la misma mano del visitante, que intentó mantener la distancia y encontrar el momento adecuado para conectar su potente derecha. Cirica solo logró impactar una mano clara al cierre del segundo round, un breve llamado de atención para el local, ya lanzado en plena “cacería”.
En el tercer capítulo, Castro intensificó la presión y comenzó a conectar sólidos directos de derecha en los intercambios, minando la resistencia del visitante. Antes del sonido de la campana, tres rectos precisos bastaron para enviar a Cirica a la lona. El árbitro Javier Luján, al ver la evidente desigualdad, decidió no iniciar la cuenta y decretó el nocaut técnico.