Mientras los viñateros del Este de Mendoza protestaban, sobre la Ruta 7 en San Martín, se conoció la postura de la Corporación Vitivinícola Argentina en contra de la importación de vinos desde Chile del grupo Peñaflor
La Corporación Vitivinícola Argentina, COVIAR, tomó posición negativa respecto a la importación de vinos autorizada desde Nación al grupo Peñaflor y que tanto crispó los ánimos, especialmente, de la producción primaria del sector concentrada en la Zona Este de Mendoza.
Son tres los reclamos que hicieron visibles los productores del Este mendocino y que hicieron foco en la necesidad de que se alcancen, en el mercado, los precios sugeridos por ellos mismos en la reunión que mantuvieron con sus pares de San Juan y del Sur de Mendoza, para que se frene la importación de vinos que ya ha sido autorizada oficialmente y que está beneficiando al Grupo Peñaflor y para que los bodegueros paguen en tiempo y forma lo que están esperando por sus uvas.
Pablo Ases, vicepresidente de la COVIAR, a tono de postura de los viñateros, manifestó estar “totalmente en desacuerdo con la importación de vinos”, que significó la gota que colmó el vaso y que terminó por producir la concentración de esta mañana de los productores en protesta por la importación de vinos desde Chile y en defensa del precio de la uva. Uno de los reclamos es que el Gobierno de Mendoza implemente un operativo para que los bodegueros no manipulen la situación de la importación a favor de una depreciación en los mentados precios.
“Creemos que no es necesario. Esto parte fundamentalmente de una bodega que está al frente de una institución que está presionando al gobierno nacional para que le permitan la importación de vinos bajo el pretexto de que necesitan ciertas variedades, sobre todo blancas, para sostener sus exportaciones”, dijo en relación a la introducción de vinos de la variedad Sauvignon Blanc.
Haciendo memoria, admitió que “esta historia ya la vivimos en el 2011. Consideramos que no es necesario importar vinos y lo que están buscando es desalentar el precio de la uva que se busca pagar al productor. La cosecha es baja, pero vamos a poder seguir abasteciendo el mercado interno y al externo. Creo que tienen miedo de que los precios se trasladen a góndola y el mercado no los absorba; nosotros creemos que si los absorberá y entonces no hay necesidad de que estén presionando para que se autorice la importación. Son bodegas manejadas por Ceos que no tienen un sentimiento hacia la vitivinicultura, que si tienen la mayoría de las bodegas. Entonces hay que tener mucho cuidado, porque pretender ver la ganancia que pueda tener una bodega afecta a toda la cadena vitivinícola”.
En tanto, mientras los ánimos de los viñateros del Este mendocino se siguen recalentando, afirmó que “el productor es siempre el eslabón más débil, y en el marco de un año de fuerte inflación lo mínimo que deben recuperar los productores es el componente inflacionario, más un porcentaje extra que es por escasez. Por lo tanto nosotros decimos que hoy la uva no se puede pagar menos de un 120% a un 150% más que el año pasado, y esto es tratar de recomponer la rentabilidad que el productor ha perdido. Ahora bien, es un año complicado en el que no todos los productores van a cosechar, y esta gente no tiene como afrontar el próximo año y medio, la única manera que hay es que obtengan subsidios o créditos. Lo que prometió el ministro Massa en su momento no está llegando, sí tenemos ciertas líneas que vienen desde la provincia, y otras desde la misma Corporación Vitivinícola a través del Consejo Federal de Inversiones (CIF) y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID)”.
“Estamos de acuerdo con que haya un libre mercado, regla de juego claras, pero no una presión para seguir generando una baja de precios en el vino. Nosotros desde marzo hasta octubre del 2022 tuvimos un precio del vino de traslado inmovilizado, y si no fuera por la helada hoy estaríamos con los mimos precios, y la uva también valdría los mismo que el año pasado. Entonces hay que tener mucho cuidado. Cuando desde la Corporación Vitivinícola hablamos de sostener la industria, estamos considerando a todos los eslabones. El universo de viñedos es cada vez menor y disminuye la posibilidad de obtener uvas de calidad, sobre todo en el sur de Mendoza. La falta de agua y el abandono de fincas es preocupante y el universo de viñedos que nos está quedando hay que sostenerlo de cualquier manera. Sin viñedos de calidad no podremos obtener uvas que compitan en el nivel internacional”, señaló.
Precios sugeridos por los productores de uvas de San Juan, del Este y el Sur de Mendoza
– Entre 110 y 115 pesos para las uvas criollas o mezclas,
– Entre 135 y 140 pesos para las blancas tipo B, como de las variedades Pedro Jiménez y Torrontés,
– Entre 160 y 165 pesos para las tintas B, como las variedades Barbera, Bonarda o Tempranilla,
– Entre los 230 y los 240 pesos para las tintas A, como el Malbec
– Y entre los 260 y los 280 pesos las blancas A, como las Chardonnay o las Sauvignon Blanc.
Todos los precios al contado.