Hacia dónde vamos… Una opinión sobre la Argentina que viene, lo que debemos esperar tras las generales del 22 de octubre
Por CAROLINA JACKY / En una semana el pueblo argentino decidirá quien conducirá el país en los próximos cuatro años, y más allá de que pueda existir una segunda vuelta, ya podemos ir anticipando lo que vendrá.
Hay cinco candidatos y candidatas a la presidencia, pero podemos decir con poco margen de error a equivocarnos, que solo una de las candidatas ofrece una salida de izquierda, enfrentando a los cuatro restantes, que a su estilo cada uno de ellos es un giro a la derecha.
Aunque esto de izquierda y derecha no es lo correcto, pero es lo que la mayoría entiende, permítaseme usar esta clasificación.
Las elecciones PASO fueron un anticipo, como una encuesta, de hacia donde quiere ir el pueblo, y sin dudas, mayoritariamente desea ir hacia un gobierno de derecha o más cercano a la derecha.
Más allá de los adelantos que ha tenido Argentina en adherir a normas internacionales y reformar su legislación adecuandola a ellas, ampliando derechos en la misma dirección que lo hicieron la mayoría de los paises que tomamos como referentes de estados democráticos y pluralistas, en la práctica pareciera que esos adelantos legislativos no llegaron a la población.
Posiblemente la ideologización y politización de esos avances legislativos solo sirvieron para desprestigiar esos derechos.
Aquello que en un principio era aplaudido y votado por la población hoy es algo que hace perder votos.
Desde este lugar me atrevo a decir que fueron bienvenidos los derechos humanos para proteger a niños, niñas y adolescentes, pero ahí están los Tribunales de Familia o los Organismos Administrativos (OAL, ETI) ejemplos de vulneración de esos derechos, algo que pueden acreditar todos aquellos que recorren esos lugares en busca de justicia.
Qué decir de los derechos de la mujer, con Oficinas, Direcciones, Secretarias y hasta un Ministerio, que tampoco supieron llegar a las víctimas, y que solo mostraron llevar adelante políticas de creación de más gasto público, más acomodo de militantes políticos, en definitiva un fracaso, por lo menos así lo ven las víctimas.
Que podemos decir de organismos como el INADI, el que ha demostrado ser totalmente inútil para hacer efectivo los derechos vulnerados que tiene obligación de defender, una vez más politizando e ideologizando dichos derechos.
También podemos hablar de las Direcciones de Defensa del Consumidor, las que también poca respuesta dan a los requerimientos que la ley exige que cumplan las partes, debiendo ser instado permanentemente por los consumidores, y pocas veces actuando de oficio contra los abusos existentes en las relaciones de consumo.
Así podríamos seguir nombrando areas de los gobiernos municipales, provinciales y nacional, que hoy son repudiadas por la gente, y como se militaron como parte de una ideología, el futuro es que se intente avanzar sobre esos derechos, con el apoyo mayoritario de los votos.
Términos como “derechos humanos”, “violencia de género”, “inclusión”, “vivienda digna”, “movilidad jubilatoria”. “derechos de las minorías como personas con discapacidad, mayores adultos, etc.” desaparecen como banderas de campaña, que otrora hacía ganar elecciones.
Sin dudas hay responsables, seguramente cuando se confundieron esos derechos con ideologías, y se manifestaron juntas, y cuando solo quedaron en eso, sin llegar concretamente a las víctimas, hoy la respuesta es un cambio.
Vamos hacia un gobierno “de derecha”, y también hacia una recomposición de las fuerzas políticas, ya que hoy por hoy se advierte un rejunte de pensamientos diversos siguiendo a un candidato o candidata que no conforma a todo el arco que integra ese frente.
Nadie puede negar que dentro de esa boleta que va a introducir en la urna hay personajes que no son de su agrado, o que no lo conforman totalmente, y esto sucede en por lo menos las tres fuerzas con más posibilidades de llegar al poder.
Amén de tener que transitar esa recomposición, también tendremos que transitar esos cambios ideológicos, los que se podrán hacer respetando el orden jurídico o violando normas constitucionales, las que ya se observan en algunas propuestas, las que no sabemos si se hacen para atraer votos, o porque realmente pretenden avasallar el Estado de Derecho.
De una u otra forma viviremos días de tensión, no solo en lo económico que todos ya sabemos, sino en lo institucional, y es ahí donde tanto el Congreso como la Justicia tendrán un rol importante para controlar al Poder Ejecutivo.