Por Carolina Jacky / Desde hace un par de semanas, se ha observado un desconcertante manejo de la economía por parte del “mejor ministro de economía del mundo” y de quien aspira a recibir el Premio Nobel de Economía.
Esta incertidumbre fue percibida por el mercado, “ese que no comete errores”. Para evitar que los pesos se fugaran al dólar, el gobierno intervino en el mercado, ofreciendo altas tasas de interés para tentar al mundo financiero. Estas altas tasas de interés repercutirán en tu tarjeta de crédito, en el descubierto de cuenta corriente y, sin dudas, limitarán las posibilidades de obtener facilidades de pago.
Seas particular, trabajador, emprendedor, profesional o pyme, lo sentirás; la situación comenzará a complicarse.
El objetivo electoral del gobierno parece ser demostrar que ha dominado la inflación, y para ello “todo vale”, sin importar la gente. En un primer momento, lograron frenar la escalada del dólar, o ¿debería decir la depreciación del peso? Esto demuestra que el dólar no flota, que el gobierno está muy lejos de ser liberal, y que el plan parece estar en peligro. La inflación mayorista fue del 2,8% y eso impactará en los precios minoristas, que, sumados a la tasa de interés, seguramente afectarán al IPC (Índice de Precios al Consumidor) del próximo mes.
Pese a toda esta intervención estatal, “al mejor estilo kuka” —como les gusta decir—, esta última semana las señales han preocupado aún más al mercado.
El gobierno está restringiendo la disponibilidad de pesos y, por eso, aumentó los encajes bancarios. Esto significa que los bancos deben inmovilizar pesos; al tener menos liquidez, el banco restringe los financiamientos en tarjetas de crédito y disminuye los montos disponibles para los giros en descubierto.
Milei dijo “no hay plata”, y hoy está diciendo “no hay pesos”. Con esta medida pretende que el dinero, antes de ir al dólar, se coloque a tasa de interés. Por eso se están pagando tasas insostenibles en cualquier economía; esto no puede mantenerse por mucho tiempo. El gobierno esperaba que, con estas medidas, el dólar dejara de subir y que, incluso, bajara.
La corrida bancaria
El dólar no bajó ni se estabilizó, siguió subiendo a pesar de que el “súper ministro” y el presidente del Banco Central continuaron aumentando la tasa de interés. La tasa de interés dejó de ser tentadora para el mundo financiero y se percibe como un síntoma de debilidad del gobierno.
Los mercados cerraron el viernes pasado con gran incertidumbre sobre lo que podría pasar esta semana. La promesa de que el dólar “flotaba libremente” no es creíble para ese mercado que “nunca se equivoca”, como afirma Milei. Hoy, todos buscan resguardarse en el dólar. Los argentinos conocemos muy bien esta situación, aunque muchos, que siguen creyendo, mañana serán víctimas de un nuevo y reiterado fracaso de economías dirigistas.
El cisne negro: la corrupción en el corazón del poder
Nadie esperaba que un grave acto de corrupción golpeara directamente en el corazón del poder, eclipsando el problema económico. Aún no sabemos cómo tomará esta situación el mercado o qué sucederá esta semana. La falta de explicaciones del gobierno está afectando su credibilidad y confianza.
Muchos todavía confían en Javier Milei, pero también hay quienes piden que aleje a su hermana del poder. Karina Milei es hoy una pesada mochila para el presidente. No es la primera vez que su accionar es discutido. Son muchos quienes la ven como una mala influencia para su hermano, y hasta fue criticada por armar listas de candidatos con políticos “k” reconocidos, algo que hasta el momento venía siendo tolerado por muchos, pero no lo es con la corrupción.
No sabemos cómo terminará esta historia. Esta vez, no pueden culpar a la oposición. A todas luces, esta denuncia es un fuego amigo, producto de una interna que La Libertad Avanza (LLA) ha gestado en todo el país al realizar alianzas con cualquiera, sin importar sus antecedentes o si son “pequeños señores feudales”. Parece que todo está construido para lograr más poder y hacer más negocios.
El 26 de octubre, no es necesario que vuelvas al pasado; puedes intentar votar por quien te ofrezca luchar por un estado inteligente, ni presente ni ausente, que libere las fuerzas de la iniciativa privada para que seas tú el único que haga negocios, y no los funcionarios.