Todos los años, en este día, el hospital se llena de color y alegría para agasajar a todos nuestros pequeños pacientes. En los pasillos, desde temprano se pone en marcha un carro vestido para la ocasión, que lleva los juguetes a cada rincón del hospital.
Son muchas las actividades que se desarrollan en estos días. Ver la felicidad en los rostros de los pequeños es un regalo invaluable para todos quienes trabajan arduamente y durante mucho tiempo, con el simple objetivo de agasajarlos y alegrarlos.
La gran tarea es desarrollada por voluntarios de la Pastoral Jesús Misericordioso, quienes, dirigidos por Sor Norma, meses antes de la celebración comienzan a trabajar para que los niños reciban su regalo. Ellos son quienes se encargan de recibir las donaciones que llegan de parte de muchas personas e instituciones, tanto públicas como privadas. La tarea es ardua, ya que cada juguete que llega es seleccionado, preparado, desinfectado y envuelto de forma muy cuidadosa para que lleguen a los niños internados de manera segura.
Luego recorren cada rincón del hospital en compañía de autoridades, médicos y personal en general para que todos los pequeños que, por diferentes circunstancias, están transitando su estadía en este día especial, reciban un juguete acorde a su edad.
“Es muy gratificante para todos ver la alegría en el rostro de los niños. Algunos salen ansiosos de las habitaciones a recibir su regalo, otros se sorprenden al ver que entramos con un juguete para ellos”, describe el director del hospital, Jorge Pérez.
Gracias a la colaboración de muchas personas, todos los niños del hospital reciben un momento de alegría y felicidad que se puede apreciar en sus rostros. Sin embargo, ver las expresiones de los más pequeñitos es sin duda uno de los momentos más gratificantes para aquellos que van de habitación en habitación.
Este año, además de los juguetes, el elenco La Oruga obsequió a nuestros pacientes la obra de títeres Mi vecino el topo que cuenta cómo Aurora junto a su vecino Don Topo lucharán por encontrar al ladrón de su huevo, atravesando por una serie de aventuras y enseñanzas.
También visitaron a nuestros pacientes los hermosos perritos de Huellas Compartidas, tres hermosos golden llamados Mila, Dominique y Chaplin, quienes generaron en los pequeños un estado de bienestar, promoviendo un vínculo emocional.
Los Bomberos Voluntarios también se acercaron a festejar con los chicos, así como los infaltables Payamédicos que, con su aporte de sonrisas, acompañan a los pequeños.
Es de destacar además todo el trabajo que realiza personal del hospital, quienes preparan cada rinconcito del hospital con decoraciones muy alegres para recibir a los pequeños que hacen sus tratamientos ambulatorios. No hay niño que en esta fecha se quede fuera de esta gran celebración.