El gobernador Alfredo Cornejo y el intendente de Gral. San Martín, Raúl Rufeil, recorrieron la obra de la variante de Palmira, la futura autopista de 36 km de extensión, que vinculará los accesos este y sur de Mendoza, para beneficiar a más de 70.000 personas por día y reducir hasta un 35% los tiempos de viaje, gracias a que su recorrido permitirá desviar el tránsito de camiones y vehículos de carga fuera del área urbana, lo que redundará en una mejora de las condiciones de seguridad vial.
Luego de que la obra estuviese prácticamente paralizada, un acuerdo de la Provincia con Nación permitirá retomar los trabajos y el gobernador Cornejo estimó que el proyecto podría estar terminado en abril del próximo año.
“Se trata de una obra que se vio ralentizada por el gobierno nacional anterior y que ahora se está reactivando”, comentó Cornejo y agregó: “Es un proyecto que se pensó hace muchos años y que, una vez concluido, permitirá sacar todo el tránsito pesado en esta parte de la ruta 7, que la mayoría tiene que ver con el Mercosur y va a Chile”.
El intendente Rufeil subrayó la importancia que la variante Palmira tendrá para la región y para el desarrollo del Pasip: “Es una obra por demás auspiciosa y sabemos muy bien cómo beneficiara a los departamentos del Este, ya que todo el tránsito pesado que antes iba a Mendoza por ruta 7 se desviará por esta variante. El Pasip necesita del desarrollo de este nodo logístico”.
El gobernador Cornejo estimó que tras el nuevo acuerdo con la Nación y la reactivación de la obra, “la idea es que el proyecto esté terminado en abril de 2025”.