La firma más importante del aceite de oliva en Argentina, oriunda de Mendoza, industria que nació en tiempos coloniales, describió cómo atraviesan la crisis al tiempo que admitieron haber perdido mercado exterior culpa del actual cepo cambiario.
Desde las primeras épocas de la vitivinicultura siempre estuvo muy relacionada la vid con el olivo. Desde antaño y por cuestiones religiosas las primeras intervenciones de vides y olivos fueron gracias a los jesuitas. Ellos traían el óleo, no solo para las consagraciones sino también para iluminarse.
“Los olivos más antiguos en Latinoamérica están justamente en Perú que es donde arribaron no casualmente los españoles, porque había mucho oro. Y luego empezó a expandirse toda la red evangelizadora y con ello la vid y el olivo. Nuestra variedad Arauco, es es como nuestro Malbec, nació desde un clon natural entre la Picual y la Mission”, relató Gabriel Guardia, Gerente General de Olivícola Laur.
El enólogo que participa en la tercera edición de la Expo de Vinos y Negocios Mendoza, que reúne a más de 1.200 etiquetas de vinos y espirituosas en la Nave Cultural de Capital, compartió que “la Red Patrimonioal del Olivo en Latinoamérica ha comprobado que de la corriente evangelizadora que inició en Perú, se orientó hacia, Chile y desde allí a la Argentina, se originó la variedad Arauco. Es autóctona, no existe en otro lugar del mundo. La cepa Mision eran las plantas que traían a la misión. Subían a los barcos plantas de uvas y aceitunas como un mix de variedades pero para la gesta colonizadora las nombraron mision”.
Nacimiento de la empresa
Laur data de 1889, gracias al trabajo de un inmigrante francés que se unió a una colectividad francesa en lo que hoy se conoce como Cruz de Piedra, en Lunlunta, Maipú. En ese lugar se asentaron familias tradicionales, como Laur, que iniciaron la elaboración de vinos y de aceites de oliva. Era algo muy normal en la época tener dos industrias que se manejaban en distintas épocas del año como para hacer más rentable a la propiedad.
“En un principio, todo lo que eran molinos, generalmente no eran fábricas para vender aceite de oliva, eran los molinos del pueblo, era una cooperativa. Por eso es que se dice que Laur es la primera fábrica de aceite de oliva de la Argentina porque es la primera que empezó a elaborar con una distribución nacional. En aquel momento era relativamente fácil porque las cargas iban por tren. Pero con cabeza de playa aquí en Mendoza. Tenemos los libros de esa época con el registro de los pedidos que se hacían desde los distintos lugares de la Argentina por carta. Así Laur cotizaba sus latas en cajas de madera en puerta de vagón. Entonces tenía una distribución que llegaba hasta Mar del Plata”, recordó Guardia.
Y se quejó: “Hemos retrocedido. Hace casi 100 años conectábamos a la Argentina con ferrocarriles y hoy en día…”
Actualidad comercial de Laur
“Mucho del éxito de Laur, en esta última etapa, en la que nos hemos logrado posicionar a nivel nacional e internacional, tiene mucho que ver con desenvolverse ante las vicisitudes que nos plantea la realidad económica en Argentina”, confiesa el hombre.
Y agrega: “Siempre estamos buscando reconvertirnos, indagando por el valor agregado en nuestros productos, porque siempre apuntamos a ir cada vez más arriba en la calidad”.
“Hoy dependemos casi exclusivamente del mercado interno porque perdimos casi a los 17 países que mucho esfuerzo habíamos logrado por el problema del dólar. Nuestros costos internos a valor del blue y el retorno a casi la mitad nos perjudicó”, explicó.
Guardia consideró “la época anterior de gobierno. No digo que fue buena o mala. Solo que fue diferente respecto al comercio exterior. Hoy de esos 17 países solo nos quedan tres gracias al ingreso del actual gobierno. La apertura de Macri nos favoreció”.
“El mundo sabe que Argentina tiene productos de calidad. Cuando estamos un poquito competitivo y desde el exterior vienen a comprarnos. Ahora, con al devaluación que tuvimos, donde entre el lunes y el martes la inflación se comió todo, el mismo lunes aparecieron todos nuestros clientes para preguntarnos cómo estábamos ahora con los precios. Lamentablemente les tuvimos que decir que la medida ya no nos servía. Y el mundo está esperando que nosotros seamos un poquito más serios. Cuando te normalizás como país, automáticamente esos mercados se empiezan a normaliza”, apuntó esperanzado.
Marcó que, “en nuestro caso, a pesar de que se habló muchas veces de China, Brasil es nuestro principal comprador. Cuando abre la boca no hay con qué darle de comer. Fue todo un mercado donde Mendoza participaba muy fuerte con el ajo, la ciruela, con los productos envasados, con la aceituna, entre otros”.
“Nosotros hoy en Laur tenemos una gama de productos bastante amplia. Siempre hablando de aceite virgen extra. Desde la categoría más baja hasta la más alta todos nuestros productos son de máxima calidad. Es lo mejor que hoy va a encontrar en el mercado el consumidor. A nuestra línea más alta le hemos dado una vuelta de rosca con la elaboración de aceites de oliva altos en polifenoles. Hoy estamos comercializando un producto a nivel medicinal. El fin de semana estuve invitado a una convención sobre el autismo con médicos especialistas y desde Mendoza participamos con nuestra experiencia. Hace dos años y medio que estamos colaborando en los tratamientos con chicos autistas con resultados impresionantes”, se ufanó.
Laur actalmente brilla nuevamente en el podio del AOVE Ranking Mundial, pero esta vez desde el primer lugar, una clasificación sin fines de lucro creada para promocionar a los aceites de oliva virgen extra más premiados en los 30 concursos internacionales llevados a cabo en el año 2021, con el objetivo de educar a los consumidores y en donde las catas son a ciegas y llevadas a cabo por jurados internacionales especializados.