Por DANIEL ARIOSTO / El presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios Mario Grinman, expresó en la última Asamblea de la institución: “Consideramos que el rumbo económico planteado por el Gobierno Nacional es el adecuado. Austeridad en el manejo de los recursos públicos, desregulaciones varias, freno a la emisión monetaria, paulatina normalización del mercado de cambios, entre otras tantas medidas de estos primeros meses de gestión, son señales auspiciosas”.
“Lamentablemente –continuó Grinman-, los frutos de estas políticas no se materializan de inmediato, aunque ya se observan algunos avances, como ser la mejora de resultado fiscal, la acumulación de reservas en el Banco Central y la marcada desaceleración inflacionaria. Confiamos en que más pronto que tarde los progresos se harán palpables para todos”.
“Necesitamos que se avance con cuestiones de fondo que demasiadas veces postergamos, como son las bienvenidas reformas previstas en el proyecto de Ley Bases. Todo eso, en el marco del absoluto respeto por el modo de vida democrático y las instituciones republicanas y con pleno imperio de la ética y la honradez. Hoy felizmente, observamos que buena parte de la ciudadanía adhiere a estas ideas, que son las que hicieron prósperas a las naciones líderes. Eso me hace mirar el futuro de nuestro querido país con optimismo” finalizó el presidente de la CAC.
Desde la UCIM, estamos de acuerdo con estos conceptos y sobre todo: No queremos volver al pasado. Pero también es nuestra obligación marcar que la realidad es muy difícil para el desarrollo de las actividades económicas, sobre todo para las pymes, independientemente del sector al que pertenezcan.
Está bien que el ejecutivo se esté ocupando de la macroeconomía, la inflación, el Banco Central, el comercio exterior, etc.
La macroeconomía está evidenciando grandes cambios pero la micro, no puede quedar exclusivamente en manos de los empresarios. Desentenderse de ella sería para el Presidente, desconocer la realidad.
Las autoridades económicas, tal cual lo prometió Javier Milei en campaña, tienen que frenar la inflación, frenar el déficit fiscal y para eso tomó el camino de secar el mercado. Pero también es cierto que la gente no tiene plata, las ventas han bajado, hay un enorme desconcierto entre los argentinos, porque no tenemos ningún tipo de desarrollo económico. Esto, por la simple razón de que la gente no tiene plata y esto pasa en el comercio, en los servicios, en la industria y en todos los ámbitos porque es como dice Roberto Cachanosky: “Estamos en un momento de recesión”.
El aumento de la dieta de los senadores no colaboró con el clima social. Que se hayan aumentado a siete millones su sueldos fue una afrenta que mostró la inexistente sensibilidad a la situación que atraviesa casi la totalidad del pueblo argentino.
La actividad privada está sufriendo todos los ajustes y los problemas de la macroeconomía y está claro que los movimientos que se den en la macroeconomía repercuten en la micro y en la vida de los trabajadores y de los empresarios pyme, de todo el sistema.
Con esto, queremos expresar que entendemos que la herencia recibida por este gobierno es una de las peores que pueden haberse registrado en nuestra historia y que sin duda era necesario ajustar y ordenarnos.
Pero es cierto también que existe gran preocupación por la transición, por el impacto que parte de las medidas afectan a la actividad económica y el daño que producen las medidas de shock implementadas, por demás necesarias, pero que puede dejar a varios en el camino.
También es cierto que son indispensables otras medidas ante los meses más duros que vienen que afectarán en la macro, la micro y en nuestra vida cotidiana. Lamentablemente cada vez contamos con menos herramientas para enfrentarlos.
Necesitamos inversiones externas, es verdad, pero también muchas medidas de aliento a las actividades económicas para sobrevivir este tiempo en espera de mejores perspectivas.