Ciudadanos hartos de la inseguridad, se organizan para protegerse ante la falta de respuestas. En Lunlunta, donde los reclamos datan de años, consideran armarse con ballestas.
El hartazgo ante la creciente ola de inseguridad en diversos barrios mendocinos llevó a que vecinos tomen medidas extremas. Desde la organización de grupos de WhatsApp hasta la instalación de alarmas comunitarias, los ciudadanos intentan protegerse ante la falta de respuestas por parte de las autoridades.
Sin embargo, en algunas localidades, la desesperación escaló, al punto de que algunos pobladores están evaluando armarse, llegando incluso a considerar el uso de ballestas para defender sus hogares.
En Lunlunta, una pequeña localidad del departamento de Maipú, esta idea comenzó a tomar forma luego de una reunión entre vecinos y policías, en la que los residentes expusieron su frustración ante la falta de seguridad en la zona. “Hoy estamos en proceso de pedir ayuda. Pero si los fiscales o jueces no dan una respuesta, acá la gente se está armando para que haya sangre”, advirtió uno de los vecinos. Este sentimiento de abandono por parte de las instituciones llevó a varios a explorar la posibilidad de armarse para protegerse por su cuenta.
No es un caso aislado. En el oeste de Godoy Cruz, vecinos de seis barrios se han organizado para crear la Asociación de Vecinos Unidos (ADEIF), con el objetivo de coordinarse y estar alertas frente a cualquier amenaza. Utilizando grupos de WhatsApp y realizando patrullajes nocturnos, los residentes intentan protegerse entre sí, ante la sensación de que las autoridades no están haciendo lo suficiente.
“Un clima de miedo y tensión”
Gabriel, un vecino de Lunlunta, en diálogo mediático, resumió la preocupación que reina en su comunidad: “Esto está escalando a un nivel donde todos los vecinos tenemos miedo de que haya una catástrofe. Es algo muy grave, parece que los vecinos se tienen que armar y hacer justicia por mano propia, con el riesgo de que los ladrones también entren armados y que alguien termine muriendo. Esa es la realidad”, confesó.
Lo que antes eran simples conversaciones entre los vecinos, ahora se ha convertido en una acción concreta. “Se está hablando entre todos los vecinos de armarse, tanto que hemos buscado en las legislaciones para que todos se puedan comprar ballestas, para estar armados dentro de las casas y, si entra un ladrón, dispararle con un ballestazo. Y en ese intercambio capaz que el ladrón tiene arma, tira tiros y ya terminamos en una tragedia mucho más grande, solo porque la seguridad no está haciendo el trabajo que tiene que hacer”, añadió. Una ballesta básica puede conseguirse desde los 80.000 pesos en Mercado Libre.
Exigencias a las autoridades
El descontento generalizado llevó a que los vecinos de los barrios Recoaro, Lavachery y la zona de Lunlunta presentaran una nota formal ante la Fiscalía de Maipú el pasado 20 de septiembre, en la que exigieron medidas urgentes para hacer frente a la creciente ola de delincuencia. El comunicado, firmado por 197 residentes, denuncia la liberación inmediata de personas detenidas por delitos reiterados, lo que está generando un clima de inseguridad y temor constante entre los habitantes.
“Cada día convivimos con el temor de ser nuevamente víctimas de estos delitos, lo que refleja una clara falencia en la respuesta y en las medidas tomadas por las autoridades competentes”, se lee en el comunicado. Los vecinos expresaron su preocupación por la impunidad con la que actúan los delincuentes, sabiendo que, tras ser detenidos, son liberados rápidamente y vuelven a delinquir.
La nota también advierte sobre el deterioro del tejido social en la comunidad, provocado por la falta de acciones firmes por parte de la Justicia. “Esta impotencia frente a la delincuencia está generando un malestar que, de no ser atendido, puede derivar en situaciones más graves que ninguno de nosotros desea”, señalaron.
¿Un punto sin retorno?
Desde el Ministerio de Seguridad, reconocen que los ánimos de la población están caldeados y que la tolerancia ha llegado a su límite. Sin embargo, insisten en que la forma más efectiva de denunciar cualquier delito sigue siendo el 911 y mantienen su postura de que las acciones de patrullaje por parte de los ciudadanos no son recomendables. A pesar de esto, los vecinos de Mendoza continúan tomando medidas por su cuenta, cansados de esperar soluciones.
Con el miedo latente de que el próximo enfrentamiento con un delincuente pueda desencadenar una tragedia, diversos residentes mendocinos piden respuestas urgentes. La inseguridad sigue siendo el tema central de sus vidas, mientras buscan una solución que les devuelva la tranquilidad a sus hogares.