El indicador económico, que a nivel nacional trepó un 6,6 por ciento a nivel nacional y en Mendoza un 6,2 por ciento está ahogando al sector que ya venia sufriendo por la crisis planteada por la reciente pandemia por el coronavirus
Almacenes y minimarkets del Gran Mendoza acusan una reducción en sus ventas de un 30 por ciento comparando los volúmenes de ventas registrados en el último trimestre con el mismo período del año anterior producto de la inflación que no da tregua en Argentina.
El porcentaje fue revelado por Gustavo Suárez, representante del sector comercial en Mendoza, quien admitió: “Realmente el cambio de precios es cada 15 días. Muchas veces no alcanzamos a cambiar toda la línea de las primeras marcas de alimentos, donde algunas son muy extensas y alcanzan hasta un 80 por ciento de nuestro negocio, que ya tenemos lista de precios nuevas”, indicó en Lado A, de Radio Jornada.
“Es vergonzoso para nosotros porque no alcanzamos a rotar la primera parte de la mercadería y ya tenemos que remarcarla. Por el escaso tiempo que tiene la mercadería no alcanza a rotar aún sabiendo que tienen un cinco por ciento de aumento mensual las principales marcas de cadena de alimentos”, se quejó.
El comerciante aseguró que, “ya estamos acostumbrados a que el primer día del mes tenés la nueva lista de precios y que probablemente los que tienen harinas y azúcares seguramente tendrán un poco más de incremento en los precios. Por eso es que tenemos que estar muy atentos porque muchas veces vendemos y no alcanzamos a comprar el producto que ha salido del negocio”.
“Encima el stock de muchos productos no es muy grande y por lo tanto no se puede acopiar. Sobre todo los alimentos que tienen fecha de vencimiento. Además hay mayoristas que no tienen el volumen necesario. Muchos de los productos con los precios actualizados son de artículos que el distribuidor no tiene en existencia. Van remarcando precios sobre productos que no tenemos en el negocio”.
Indicó que, “esto nos produce que cuando está en disposición el producto que estaba en falta ahora nos llega con un 100 o un 200 por ciento de aumento. Si nos vamos a la línea de verano, con el chocolate por ejemplo, cuando vamos a recomprar nos damos cuenta que están muchísimo más caros que hace unos meses atrás“.
“Más allá de los precios el faltante es grave en varias líneas principales de alimentos y la inflación es terrible. Y en cuanto a la recesión la gente se va bajando un poco respecto a la calidad del producto que consume para mejorar el precio porque hoy las primeras marcas se han ido muy arriba”, amplió.
Hablando de primeras marcas, “tanto de alimentos para personas como los alfajores o fiambres o para animales que también ofrecemos en nuestros negocios. En lo que respecta al inicio de temporada los incrementos están entre el 15 y el 18 por ciento de incremento, lo que para todos es muy fuerte“, aseguró.
“Y en lo que respecta a la línea importada para productos tradicionales de kioskos, como algunas golosinas, encendedores, preservativos, los aumentos son mucho más altos. Esos van de la mano del aumento del dólar comparado con el peso argentino. Siempre hay una excusa para una nueva lista. Y en esos productos casi siempre estamos atados a un solo distribuidor y no tenemos la opción de hacerlos competir con otras marcas”, apuntó.
Y añadió: “Además la nueva forma de alquileres de locales comerciales va directamente con el índice de inflación. O sea que cada seis meses actualizan ese costo que es fijo ineludible. Más la luz, esos representan costos que debemos reflejar inmediatamente en la venta de los productos”.
“En lo referido a lo sufrido en tiempo de pandemia los que más sufrieron fueron los del Centro ya que hubo muy poca gente circulando y algunos locales llegaron al cierre de sus actividades. Los que estaban en los barrios se pudieron mantener un poco mejor ya que al ser negocios de primera necesidad tuvieron sus ventas“, recordó.
En cuanto al resultado de las ventas, “tenemos dos formas de calcularlas. La diaria, que es casi todo en efectivo y la de volumen, que actualmente refleja una merma de un 30 por ciento menos comparando este último trimestre con el del año pasado“.
“Con las bebidas nos sucedió que debimos mutar hacia las segundas y terceras marcas debido que las de primera no se vendían. Nos hemos ido adaptando también incorporando nuevos rubros a nuestros comercios”, cerró.
Actualmente en el Gran Mendoza entre almacenes y minimarkets existen unos cuatro mil negocios.