La docente, que se desempeñó mayormente en escuelas de la periferia urbana de Mendoza, que durante años luchó para esclarecer el caso de Johana Chacón -desaparecida el 4 de setiembre de 2012-, reflexionó crítica sobre violencia de género y papel que juega la educación, la justicia y las fuerzas de prevención
Los organismos públicos mendocinos deberían mejorar conocimientos acerca de perspectiva de género, “para amplificar la lucha contra la violencia de género y prevenir“, casos como los de Johana Chacón o el de Soledad Olivera -de noviembre de 2011-, según Silvia Minolli, la docente -hoy jubilada- que durante año luchó para que se esclareciera el primer hecho, en Mendoza.
Por ese delito hoy está purgando en la cárcel Mariano Luque, involucrado directamente en ambos femicidios acontecidos en el departamento mendocino de Lavalle, al NorEste de la provincia cuyana de Mendoza.
Así lo expuso en el programa Lado A, de Radio Jornada: “Esto del patriarcado, por lo que se sienten atacados algunos hombres, no es así porque la situación nos atraviesa a todos. Entiendo que son cambios que debemos ir dando para poder adaptarnos a las situaciones y además poder seguir visibilizando como en el caso de Johana Chacón, de Soledad Olivera y otras tantas“.
“En un día como hoy uno recibe saludos y distintos tipos de salutaciones pero la verdad es que es conmemoración, reflexión y lucha. Yo creo una puede sentirse exitosa cuando lográs un objetivo. Uno de los objetivos del feminismo es la liberación. Y es que dejen de matarnos. Y eso no es fácil de entender para los que no tienen esta idea de libertad. De poder andar por la calle sin violencia, armar una pareja sin violencia, poder criar a los hijos sin violencia, aceptando las disidencias“, consideró.
En su caso particular, “yo ya venía dándome cuenta de todo esto mucho antes del caso de Johana Chacón. Desde mi primer matrimonio, cuando advertí situaciones de violencia. En el ámbito de la educación, donde yo me moví, también me sirvió muchísimo para rodearme de gente que me enseñó. Empezamos con la declaración de derechos mujeres, niños y adolescentes. Después con la ley (26.485). Todo eso causó en mi un impacto que se tradujo en tratar de ayudar a las abuelas y las madres que nos venían a plantear distintas situaciones en la escuela“.
“También se notaba mucho en los niños y en las niñas de la forma en la que venían a la escuela. Se nota mucho como los tratan en al casa. Vemos las tristezas que tienen, vienen con hambre, o con otras situaciones que se pueden captar con la suficiente sensibilidad humana. Condición que no todos los docentes la tienen”, alertó.
La docente mendocina reconoció que la situación social “es distinta cuando se compara a un establecimiento urbano de uno rural. Las escuelas periféricas tienen su realidad bastante violenta y con muchos derechos vulnerados. Pero en la ruralidad se da el tema de la escasa conectividad. Es como que hay una cosa lejana de las ciudades. Hay niños que no conocen el Parque General San Martín, que hay una biblioteca impresionante de hace muchos años en Mendoza, o sea, distintas cosas que se les brindan desde la escuela“.
“Los paseos, los campamentos, todas esas actividades que si el equipo directivo tienen ganas de organizar es maravilloso. Porque eso les enseña mucho más que una jornada de clases. Hay que valorar en todo esto que muchos docentes a estas escuelas rurales tienen muchas dificultades para llegar. Por llegar a tener un auto hoy para ir a la escuela es imposible”, relató.
Hay que estudiar, hay que capacitarse, hay que tener perspectiva de género. “Por ejemplo, quienes tienen un papel en los medios de comunicación, eso es tan importante porque repercute en las palabras que usan, en las entrevistas que realizan, los chistes que cuentan, todo eso está cargado de perspectiva de género o no. Lo mismo pasa con la Justicia o con la policía. Los organismos del Estado son los primeros que deberían estar aggiornados”, manifestó.
“Hay que estar capacitado, por ejemplo, en perspectiva de género al recibir una denuncia. La sociedad debe estar capacitada para formar personas críticas en perspectiva de género. No para formar personas obedientes. Y eso es bastante difícil también”, aseguró.
“Me generó muchas dudas cuando me enteré que a un Centro de Educación Básica de Jóvenes y Adultos le había puesto mi nombre. Cuando me preguntaron primero dije que no, que tenía que llevar el nombre de Johana (Chacón), pero no cumplía esa sugerencia con algunos requisitos para que se utilizara su nombre. Y después con la ayuda de gente que me quiere dije que sí”, contó respecto al reconocimiento que tuvo el Cebja 3-232 que actualmente lleva el nombre “Silvia Graciela Minoli”, admitió la docente jubilada.
El Cebja “Silvia Graciela Minoli” está ubicado en la Ruta Provincial 36, N.º 338, distrito Tres de Mayo, Lavalle. Funciona en el mismo edificio en el que también está la Escuela Virgen del Rosario, que es en la que Minoli se jubiló –como directora– de su carrera docente y a la que asistía Johana Chacón hasta el 4 de septiembre de 2022, día en el que se la vio por última vez.
Admitió que en un principio estuvo relacionada con la creación de ese centro de formación de adultos: “Fue en ese momento en el que sentí mucha emoción al aceptar que utilizaran mi nombre para algo tan noble”.
“Es clave la escuela. Necesita muchos recursos y no solamente del tipo económico o edilicios. Me refiero a los humanos. Los docentes la mayoría de las veces hacen trabajos que no les corresponden. Tenemos escuelas que pertenecen al siglo IXX. Con niños con un montón de herramientas que no tienen en la escuela y que sí tienen en sus casas. Entonces la escuela deja de ser llamativa, deja de ser divertida, deja de ser un lugar donde los chicos puedan saciar su curiosidad”, analizó.
Insistió que “hay que capacitar a los docentes, a los celadores, a los equipos directivos que por ahí contribuyen a que la educación no avance como debiera. Tengo esperanza de que esto mejore”.