Fernando Ugrin pasa su vida entre Italia y San Martín, Mendoza, Argentina. Se distrae con el ciclismo. Cumple con dos vinificaciones al año y ama los desafíos, los que le imponen los vinos de alta gama. Además -de Bonarda- produce Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah y Riesling
El hombre, otro joven enólogo nacido en el Este de Mendoza, se autodefine como porfiado. No es fácil conformarlo y por lo tanto el espíritu inquieto busca en todos los rincones el momento perfecto, el placer de un vino equilibrado, siempre con madera, de alta gama y con corazón puesto en la variedad insignia del departamento de General San Martín: Bonarda.
Es otro más de los rebeldes del vino que hace unos años vienen proponiendo nuevas formas dentro de una botella donde la mirada debe ser profunda. Rojo rubí, obscuro, casi negro en el fondo de una copa conteniendo a un vino elaborado en 2011, en 2014, en 2017 o más cerca aún, en 2020 y en 2021.
Camina descalzo en su lugar secreto, en el Centro de San Martín, impecable, con una heladera antigua con paredes de madera, dos bicicletas estacionadas entre cajas de corcho y barricas de roble francés. De primer, segundo y hasta cuarto uso. “Todos los vinos tienen al menos un año en madera”, dice mientras de fondo suena Simply Red.
En todos los contextos de adjetivos usados por la humanidad, la palabra “contumaz” se refiere a una persona que es terca y obstinada en su actitud o comportamiento, a pesar de las circunstancias o de la opinión de los demás. “La indómita luz…”, diría Luis Alberto Spinetta.
Fernando Ugrin (35)
El hacedor de vinos vive en San Martín y en Friuli, en el extremo NorEste de Italia, desde ahí se pasa cada tanto unos días en Eslovenia y visita amigos con la misma pasión por la cultura más vieja del mundo: el vino.
Desde 2013 viene vinificando por cuenta propia, ensayando. Ahora elabora entre cinco mil y tres mil litros por año en Mendoza. Sus uvas provienen de San Martín y de Junín. Trabaja mucho con Bonarda, Cabernet Sauvignon y Riesling. También con Malbec de Medrano.
Desde la mitad de enero y hasta abril generalmente se encuentra en Argentina. Una vez que deja procesada y estabilizada la uva se escapa a Italia. En Eslovenia tiene un proyecto desde 2020. Siempre está tras la búsqueda de viñedos excelentes, de terroirs perfectos. En ese país elabora Chardonnay y está a punto de iniciar una aventura con Tocai Friulano y Riesling. Aunque no le quita la mirada al Sauvignon Blanc hidratado con la humedad del Mar Adriático.
Perseverar sobre el error
Fernando sonríe cuando dudan de él. En el fondo tiene la luz encendida de su certeza. Aunque le digan que es un error, si él cree lo contrario, persistirá en su afán, la perseverancia es su talento.
En el concepto del vino tiene que ver con la vinificación de uvas de la variedad Bonarda, de la Zona Este de Mendoza. La misma región que en el pasado no muy lejano estuvo desestimada. En ella camina entre la tierra, selecciona hileras, plantas hasta llegar a tocar los racimos ideales para trabajar.
En abril de 2023 estará iniciando la comercialización de sus vinos. “La mayoría se irá a Italia…”, adelanta. El 31 de mayo próximo será su último día en San Martín hasta que retorne en 2024.
Dispone actualmente de algunas gemas preciosas:
- Bonarda 2021
- Bonarda 2020
- Cabernet Sauvignon 2021
- Cabernet Sauvignon 2020
- Bonarda 2017
- Malbec 2017
- Bonarda 2014
- Syrah 2011