Por CAROLINA JACKY / Hoy llegan a mi memoria los relatos de un abuelo sobre Marcelo T. de Alvear y Alem, que siendo Juez nunca juró por ningún Estatuto Revolucionario, ni el de la última dictadura militar.
Un tío muy cercano a Ricardo Balbin, testigo presencial del viaje de ida y vuelta de Balbin al famoso encuentro entre este y Perón en la quinta de Gaspar Campos, y años después defensor de Ricardo Alfonsín cuando fue detenido durante la última dictadura militar.
Una parte de la familia venida de una Italia fascista, donde se escuchaban historias de Giuseppe Garibaldi y de Benito Mussolinni, también la parte francesa aportaba las ideas de libertad, igualdad y fraternidad, y hablaban de las dos grandes guerras, y la marca que sobre los franceses dejo esa Alemania, hoy aliada.
En las reuniones familiares se hablaba de política y cada uno desde su lugar, los radicales, los tíos peronistas, los amigos comunistas, otros liberales, conservadores, socialistas, y en ese ambiente nací y me forme.
Un padre, dirigente estudiantil liberal, preso en tiempos de Perón junto con otros dirigentes juveniles del partido comunista. Más adelante fundador del Partido Cívico Independiente con el Ing. Alvaro Alsogaray, y luego participe en Nueva Fuerza y en la UCEDE.
Una casa siempre abierta a todos sin ninguna condición, se respiraba libertad, donde se inculcaba el derecho a elegir hasta el credo, cuando se tuviera la edad para ello.
Todo se conversaba y se respetaban las decisiones.
Se nos enseño a ser responsables de nuestras acciones, y así cada uno tomó su camino.
Aprendimos a convivir con todas las ideas, con una biblioteca familiar que visitabamos seguido.
Pasaron muchas cosas, ya muchos de esos seres queridos han partido, pero no los olvidamos, y aprendimos de ellos como se resolvían las diferencias, así pasamos los tiempos de peronismo y antiperonismo.
Hoy se nos presenta una propuesta de cambio cultural, nos hablan de ideas liberales, pero condimentadas con otras libertarias, cuidado, no son lo mismo, y también vemos declaraciones conservadoras y hasta retrógradas en derechos y garantias, no siendo esto, para nada liberal.
Una cosa es el camino que se elija para resolver la crisis económica y otra es de como se actuará con respecto a los derechos y garantías y el respeto irrestricto a la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales.
No es liberal quien solo aplica políticas de mercado pero no respeta los derechos de los ciudadanos.
La Revolución Francesa nos trajo la declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, un pensador liberal como Stuart Mills se destacó por la defensa de los derechos de la mujer.
Los derechos humanos nacen de pensadores liberales, aunque durante muchos años se ha predicado como que estos derechos pertenecen a sectores de izquierda, y llevando a que estos dejen de ser derechos de todos, y pasen a ser derechos de pocos.
La idea de esta nota es tratar de romper con los preconceptos, con los prejuicios, encasillamientos y divisiones.
La idea es terminar con los antis, y de una vez por todas recorrer esas ideas de convivencia que hicieron grandes a las naciones, dejando de lado las antinomias y respetando la voluntad del pueblo, acompañar los cambios con respeto al orden jurídico establecido.
A más de 100 años del triunfo de Marcelo T. de Alvear
El 2 de abril de 1922 se realizaron las elecciones presidenciales siendo elegido presidente de la Nación Marcelo Torcuato de Alvear.
El comicio contó con una participación del 55,3% del electorado, ganando Alvear con el 50,5% de los votos, superando por más de 20 puntos porcentuales al candidato conservador Norberto Piñero.
El radicalismo ganó en todas las provincias a excepción de San Juan y Mendoza, donde los partidarios de dos disidentes, Cantón y Lencinas, respectivamente, representaban movimientos de fuerte arraigo local.
En julio del mismo año el Congreso verificó el escrutinio definitivo. Quedó así consagrada la fórmula Alvear-González.
Por entonces Alvear, que se hallaba en París, fue agasajado por casi todos los gobiernos de Europa al difundirse la noticia de su elección a la presidencia. El 11 de junio el rey de Italia, Víctor Manuel III, lo recibió y abrazó en signo de confraternidad; otro tanto hicieron el rey británico Jorge V y el español Alfonso XIII. De regreso al país, recibió el homenaje de los gobiernos de Brasil y de Uruguay.
El 14 de agosto llegó a Buenos Aires y el 12 de octubre de 1922 asumió el mando. En sesión solemne del Congreso, el presidente Yrigoyen depositó los símbolos del poder y Alvear prestó juramento.
Desde el Instituto Nacional Yrigoyeneano realizaron una evocación sobre el acontecimiento histórico.