La quiebra e intervención hoy por parte del gobierno de Estados Unidos del Silicon Valley Bank (SVB), uno de los 20 bancos más grandes del país, marcó el desplome generalizado de los mercados financieros internacionales, que empiezan a descontar un escenario de recesión mundial, ante la suba de tipos de interés y su efecto sobre la deuda de empresas y estados.
En Wall Street, el índice S&P500 -que pondera la valuación de las 500 empresas de mayor volumen de mercado- tuvo su cierre semanal más bajo del año, mientras que el Dow Jones -que analiza las principales empresas industriales- marcó mínimos desde noviembre del año pasado, y el Nasdaq perdió las ganancias de los últimos dos meses.
La preocupación que despertó entre operadores la posibilidad de un efecto de “bola de nieve” -ya que muchas de las empresas más importantes en el sector tecnológico afincadas en Silicon Valley, California, tenían cuentas en SVB- gatilló la venta generalizada de acciones, sobre todo en momentos en los que la Reserva Federal (FED) está analizando acelerar la suba de tasas de interés para frenar la suba de precios que parece no ceder.
A medida que los activos de riesgo sufrían el golpe y el dinero buscaba refugio en bonos del Tesoro norteamericano -considerado como el activo más seguro del mundo-, el índice de volatilidad (VIX), también llamado “indicador del miedo”, sufrió su mayor aumento desde septiembre.
La caída de SVB es el mayor fracaso en el sistema financiero de Estados Unidos desde la crisis de Lehman Brothers de 2008, ya que es el banco número 16 en tamaño de aquel país, con US$ 209.000 millones en activos totales y alrededor de US$ 175.400 millones en depósitos totales a fines de 2022.
Aunque de momento no se conocen los detalles del porqué del súbito desplome, el consenso en el mercado es que la fuerte suba de tasas de interés que viene aplicando la FED en los últimos meses afectó, sobre todo, a las pequeñas empresas tecnológicas y clientas del SVB, que son las que más precisan de financiamiento barato para solventar un crecimiento que no es rentable en sus primeros años y, en consecuencia, el banco también se vio afectado.
El temor es que el SVB sea apenas la primera de otras empresas -y sobre todo bancos- que quiebren en los próximos meses ante la imposibilidad de pagar el endeudamiento tomado en los últimos años, por no poder conseguir fondos frescos en un mercado que tiene cada vez menos liquidez y rehúye al riesgo.
“Recién estamos comenzando a sentir los efectos del ajuste cuantitativo en los mercados y la economía”, dijo Peter van Dooijeweert en Man Solutions, a Bloomberg.
El aumento de tasas del año pasado no fueron el preludio de una economía estable, sino a un “aterrizaje forzoso y eventos crediticios”, según los estrategas Michael Hartnett, en una nota sobre los flujos de fondos que apunta a otra semana de riesgo en los mercados.
La secretaria de Hacienda de Estaos Unidos, Janet Yellen, aseguró que el sistema bancario norteamericano “sigue siendo resistente” y los reguladores “tienen herramientas efectivas” para abordar la virtual quiebra de SVB.
De hecho, los organismos de control del estado de California intervinieron hoy para tomar posesión del banco, al nombrar a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, para que se haga cargo de afrontar la liquidación de depósitos de sus clientes desde el próximo lunes.
El episodio de SVB podría atemperar los deseos de algunos integrantes del Directorio de la FED, que pretendías subir 50 puntos básicos la tasas de interés en la próxima reunión de Comité de Mercado Abierto, el 21 y 22 de marzo, por lo que podrían impulsar una suba de 25 puntos.
La posibilidad de un escenario de estanflación (elevada inflación y caída de la actividad económica) es el que se busca evitar, aunque no se descarta que dado el fuerte endeudamiento de las empresas en los últimos años, el daño “ya esté hecho” y sea imposible evitarlo.