Los adultos mayores son una de las franjas etáreas más vulnerables ante la ola de calor imperante en la provincia cuyana debido a que algunas veces poseen una sensación reducida de la temperatura lo cual es peligroso para su salud. Mendoza, el jueves 5 de enero, entró en alerta amarilla por las altas temperaturas.
Los adultos mayores, al igual que los niños, son uno de los grupos sociales que más cuidado deben tener ante una ola de calor como la que atraviesa la provincia de Mendoza ya que muchas veces no perciben las altas temperaturas y por ello no se cuidan como deberían.
Las recomendaciones se basan en el hecho de que «cuando el individuo soporta temperaturas por sobre los 38,6 grados en una jornada o por varios días por encima de los 36,6 comienzan a haber alteraciones a nivel orgánico que nos pueden estar indicando que esa persona se ha insolado y que después va a padecer un golpe de calor», resumió Félix Eduardo Nallim, presidente de la Caja de Previsión para Profesionales de la Salud Mendoza.
Ante el riesgo de que los adultos mayores en Mendoza sufran una experiencia de calor extremo, con un riesgo de deshidratación, con síntomas como sequedad de boca, hipertensión y calambres musculares, «sintiéndose fatigado, posiblemente con dolor de cabeza, con náuseas o la ocurrencia de vómitos y hasta con una situación de confusión mental, de delirio, también con taquicardia, dificultad respiratoria, pudiendo llegar al coma, es necesario implementar acciones preventivas«, aconsejó el médico mendocino.
«Cuando tenemos en esos casos estos cuadros lo que debemos hacer es primero ver si el paciente está en condiciones de poder tomar agua. En sorbos, agua fresca, no helada, colocarle paños fríos en la zona de las ingles, en las axilas, en la frente y en la nuca. Y si no introducirlo en una bañadera, con agua fría no helada. Y en el caso de un joven hasta se pude agregar hielo. Luego se deberá llamar al sistema de emergencia», detalló Nallim, también presidente de la Asociación Gerontológica Argentina, AGA.
El profesional de la salud añadió que «lo aconsejable es tomar entre un litro y medio y dos de agua, o lo que es lo mismo, unos o vasos con agua por día en forma fraccionada como si estuviera recibiendo una medicación. Y no necesita tomar otra cosa. Simplemente se debe tomar agua», remarcó.
Las olas de calor se dan en períodos de al menos tres días consecutivos, en el que las temperaturas aumenten de forma excesiva. Por ello, se da con mayor facilidad y frecuencias que las personas sufran agotamientos de calor o golpes de calor, ya sea en interiores o al aire libre. Para poder actuar, se vuelve crucial saber identificar los síntomas:
- Sudoración excesiva.
- En los bebés, puede verse la piel muy irritada por el sudor en el cuello, pecho, axilas, pliegues del codo y la zona del pañal (sudamina).
- Piel pálida y fresca.
- Sensación de calor sofocante.
- Sed intensa y sequedad en la boca.
- Calambres musculares.
- Agotamiento, cansancio o debilidad.
- Dolores de estómago, inapetencia, náuseas o vómitos.
- Dolores de cabeza.
- Irritabilidad, llanto inconsolable en los más pequeños.
- Mareos o desmayo.
Golpe de calor, situación muy grave
- Temperatura del cuerpo 39°C – 40°C o mayor, medida en la axila.
- Piel roja caliente y seca: se agota la transpiración.
- Respiración y frecuencia cardíaca acelerada.
- Dolor palpitante de cabeza.
- Alteración del estado mental y del comportamiento, como vértigos, mareos desorientación, delirios, confusión o pérdida de conocimiento.
- Convulsiones.
Formas de prevención
- Cuidar la hidratación y la alimentación: dar el pecho a los lactantes con mayor frecuencia; ofrecer a los niños abundante agua segura y jugos naturales durante todo el día; no consumir bebidas con cafeína o con alto contenido en azúcar, como las gaseosas corrientes; incorporar verduras y frutas a la alimentación.
- No exponerse al sol directo entre las 10 y las 16.
- Reducir la actividad física en los horarios de mayor calor.
- Vestir con ropa holgada, liviana, de algodón y colores claros.
- Bañar y refrescar a los niños con frecuencia.
- Mantener a los niños, los mayores y las personas más vulnerables, en lugares bien ventilados, usar ventiladores o aire acondicionado -ya sea en casa o lugares públicos- cuando la temperatura ambiente es muy elevada.
- No consumir bebidas con alcohol, ya que aumentan la temperatura corporal y las pérdidas de líquido.
Cómo actuar ante un golpe de calor
- Llevar a la persona afectada a un lugar con sombra y lo más fresco posible.
- Colocarla en posición semisentada, con la cabeza levantada, para favorecer la respiración y que pueda entrar aire.
- Para reducir la temperatura corporal, hay que quitarle algo de ropa, darle aire (abanico o ventilador) y utilizar compresas de agua fría en la frente, la nuca, el cuello y otras partes del cuerpo.
- Debe beber agua fresca, pero de a poco.
- Una vez recuperada, se la debe llevar al centro de salud más cercano.
- Si no se recupera o incluso llega a perder el conocimiento, hay que tumbarla con las piernas flexionadas y llamar inmediatamente a urgencias.