Miembros de los equipos de rescate sacaron el viernes con vida a una mujer de entre los escombros de un edificio derrumbado en Turquía, provocando la ovación de los presentes, unas 104 horas después de que quedara sepultada por el gran terremoto que sembró la muerte y la destrucción en toda la región.
En la ciudad de Kirikhan, equipos de emergencia alemanes levantaron con cuidado a Zeynep Kahraman, de 40 años, en una camilla y la trasladaron a una ambulancia entre bloques de hormigón destrozados y metal retorcido.
“Ahora creo en los milagros”, dijo en el lugar Steven Bayer, jefe del equipo internacional de búsqueda y rescate.
“Puedes ver a la gente llorando y abrazándose. Es un gran alivio que esta mujer, en esas condiciones, haya salido tan bien.
Es un auténtico milagro”, afirmó.
El viernes por la mañana, el número total de víctimas mortales del terremoto más mortífero de la región en décadas ascendía a 21.000 en el sur de Turquía y el noroeste de Siria.
Cientos de miles de personas más se han quedado sin hogar y sin alimentos en las sombrías condiciones invernales, desesperadas por un esfuerzo de ayuda multinacional para aliviar su sufrimiento.