La inestabilidad meteorológica que produjo la fuerte tormenta del martes por la noche ahora están levantando la producción de uvas que quedó en el suelo de los viñedos con el fin de evitar la podredumbre de los racimos. Testimonio de un productor de Alto Verde, en San Martín, Mendoza
Cientos de miles de quintales tirados en el suelo de los viñedos castigados por la intensa precipitación de piedra, granizo y mucha agua, en el Este de Mendoza son tratados de levantar lo más rápido posible antes que se pudran las uvas. En total se calculan daños severos en unos 4 mil hectáreas y solo en San Martín casi unas 500.
Esa es la tarea a la que están abocados los productores vitivinícolas de Rivadavia, Junín y San Martín, que sufrieron la contingencia climática en medio de la cosecha de uvas luego de que buena parte de la producción primaria del sector fuera dañada en su totalidad tras haber sobrevivido a las últimas heladas y lluvias de granizo.
Es el caso de Javier Garavaglia, quien en el distrito de Alto Verde, durante la mañana del viernes -10 de febrero-, estaba limpiando el viñedo, con su gente, que ya comenzaba a secarse luego de que saliera el Sol y les permitiera ingresar en los cuarteles con vides que habían quedado anegados por tanta agua precipitada.
A pesar del dolor generado por la tormenta el hombre sigue siendo optimista: “Gracias a Dios ha quedado uva arriba en algunos sectores del viñedo que ahora tenemos que cuidarla como oro. Donde quedó pelado fue en el sector sur donde no dejó nada de nada. Pero no podemos quedarnos sentados, con los brazos cruzados, porque nos puede invadir la Botritis“.
Botrytis cinerea es un hongo patógeno de muchas especies vegetales siendo su hospedador económicamente más importante la vid. En viticultura se conoce comúnmente como podredumbre de Botrytis; en horticultura normalmente se llama moho gris. El hongo ocasiona distintos tipos diferentes de infecciones de las uvas.
Por una parte, la podredumbre gris, que es el resultado de una infección de plantas empapadas o en condiciones de humedad, y típicamente produce la pérdida de los racimos de uva afectados y contagia con una forma de rabo o trompa por lo que le introduce veneno. El segundo tipo, podredumbre noble, ocurre cuando a unas condiciones de humedad le suceden otras de sequedad, así se producen los característicos vinos de postre dulces, como el Tokai; así como las típicas uvas pasas.
Las instalaciones productivas de Garavaglia no solamente sufrió por el daño ocasionado a las uvas. También a las instalaciones que no soportaron la intensidad de la piedra cuyos tamaños llegaron a semejar naranjas o pomelos.