Facundo Almendra nunca se imaginó que sería baleado de muerte por su propio padre. El hijo había sido ingresado a cuidados intensivos y finalmente falleció después de una agonía de 19 días. Todo ocurrió en San Carlos, en el Valle de Uco de Mendoza.
El 11 de diciembre no será olvidado fácilmente por la familia Almendra. Esa noche, Facundo, el único hijo varón y profesor de mecatrónica, compartió momentos con sus amigos y acordó cenar con ellos más tarde. Mientras los demás preparaban la comida, Facundo se quedó en casa, pero nunca llegó a la cena.
Un llamado desesperado alertó a los amigos: Facu había sido herido de bala. Corrieron seis cuadras hasta su casa y encontraron a su amigo en una ambulancia frente a la puerta de su hogar.
La situación parecía sacada de una película de terror. Inicialmente se especuló sobre un robo, pero rápidamente se reveló la verdad, tornando la escena aún más dramática: el autor del disparo, que había alcanzado a Facundo por la espalda mientras salía del garaje, era su propio padre.
Minutos antes, Facundo y Cristóbal Emiliano Almendra, de 70 años, habían protagonizado una acalorada discusión en la casa ubicada en la calle Tucumán y Calderón, en La Consulta, según relataron testigos a los investigadores.
Debido a la gravedad de la herida, Facundo fue trasladado de emergencia al hospital Scaravelli en Tunuyán, donde permaneció internado en terapia intensiva durante 19 días.
Trágicamente, el joven falleció este fin de semana. El atacante, tras dispararle a su hijo, fue detenido. Inicialmente, la causa fue catalogada como homicidio agravado por el vínculo en grado de tentativa, pero tras el fallecimiento de la víctima, se modificó a homicidio agravado por el vínculo.
Una amistad cercana describió la última noche que compartieron con Facundo: “Lo habíamos invitado a cenar y no llegó. Cuando llegamos, la ambulancia ya estaba ahí, y en medio de la desesperación nos enteramos de que el padre le había disparado por la espalda. No sabemos bien qué pasó, pero sí sabemos que discutieron y después de eso le disparó”.
Facundo, profesor de mecatrónica en una escuela técnica local, y también dedicado al montaje de estructuras de iluminación y sonido para eventos, fue recordado con afecto por la institución donde trabajaba. Los médicos informaron que la herida por arma de fuego en su espalda llevó a complicaciones, incluyendo neumonía asociada a la ventilación.
El amigo de Facundo compartió que, aunque padre e hijo no compartían la misma casa, sí compartían el terreno. Señaló que el padre estaba atravesando un difícil momento tras la muerte de la madre, sumido en una profunda depresión.
Sobre el arma homicida, se reveló que el agresor la guardaba en una finca familiar, pero lamentablemente la había llevado a la casa esa fatídica noche.
El legado de Facundo como un “ser excepcional” fue destacado por la escuela, recordándolo como una fuente de inspiración y creatividad en la educación. La tragedia deja a la comunidad conmocionada y reflexionando sobre la importancia del apoyo emocional en tiempos difíciles.