Las PASO del domingo último en San Martín, dejaron mucha tela para cortar dentro del peronista Frente “Elegí”, en el que para intendente se impuso el docente Eber Cáseres, con una lista corta, sin padrinazgos provinciales.
En la previa, los favoritos eran los que se suponía que contaban un mayor armado en el territorio, como la diputada Laura Soto, el palmirense Adrián Leppez (con el apoyo del edil Óscar González), el abogado Mauricio Figueroa o el autopercibido palmirense, Rubén Cuello.
Ya es conocido el muy meritorio triunfo de Éber Cáseres, que sorprendió al espectro político del justicialismo, ya que afloró como una renovación juvenil dentro de las listas de candidatos. Pero sí sorprendió la baja perfomance de Soto, Leppez, Figueroa y muy especialmente Cuello. De todos modos, la suma del Frente, los ubica en segundo lugar, muy lejos de Cambia Mendoza y por encima del ahora Demarchista ex intendente, Jorge Giménez, quien en la suma de votos se ubicó tercero, con once mil votos.
El dirigente de Nuevo Encuentro, Rubén Cuello, empezó hace un año su campaña política, realizando denuncias sonadas contra el intendente de San Martín, Raúl Rufeil, donde ponía en duda de la calidad de agua de la zona de El Central y Tres Porteñas, donde el municipio de San Martín había construido una red de decenas de kilómetros para alimentar, con el líquido elemento, a centenares de familias de la zona.
Incluso realizó mediáticas denuncias al respecto en ese y otros temas, pero su slogan de campaña fue “Llega Ruben, llega el agua potable”. Si bien las denuncias fueron rechazadas de plano por la justicia, Rufeil le inició una demanda penal por difamar su condición de médico.
Cuello, quien está a cargo del PAMI en San Martín, también es esposo de la diputada Florencia Canali, que busca renovar su banca por el segundo distrito, integrando la fórmula Parisi-Illardo, aunque el matrimonio es oriundo del Gran Mendoza desde hace un tiempo residen en San Martín.
Las comunidades que decía representar, como Tres Porteñas y El Central, también le dieron la espalda, aun cuando con bombos y platillos realizó el cierre de campaña en la primera, con el apoyo de la fórmula gubernamental, su esposa y un grupo de militantes.
No pudo ganar en ningunos de esos dos lugares, pero no todo fue tan malo: alcanzó a imponerse en Nueva California, único lugar en el que pudo esbozar una sonrisa.
Pero esa estrategia de denunciante crónico, le jugó en contra: apenas pudo ubicarse cuarto dentro de las listas del Frente Elegí, no alcanzando el podio: se ubicó detrás del propio Cáseres, Vilchez y Soto, con 1500 votos. Sin embargo, Parisi-Illardo obtuvieron 2 mil votos más que él, por lo que el corte en contra de su figura, fue más que claro.
Las urnas castigaron a este dirigente kirchnerista, quien realizó denuncias flojas de papeles y, que lastimosamente para él, obtuvo la confianza del 2.33% de los votantes. Traducido, de cada 100, menos de 3 lo apoyaron en las urnas.