La muerte de un sujeto en Godoy Cruz, que fue acribillado por una banda antagónica, desató la guerra de diferentes carteles en esa zona de Mendoza. También atentaron contra la vida de un sargento de la Policía Federal
El asesinato de un joven de 25 años en Godoy Cruz encendió las alarmas tanto en el Ministerio de Seguridad como en la cúpula de la Policía de Mendoza. Todo indica que se trató de un ajuste de cuentas entre presuntos miembros de bandas narco de la zona Oeste del mencionado departamento.
La ola de asesinatos se ha incrementado en las últimas semanas en el Oeste de Godoy Cruz. Es que una mujer de 63 años, identificada como Isabel Morales, recibió un balazo en la cabeza el pasado sábado en horas de la madrugada en el barrio Covitedyc y luego de agonizar por varios minutos murió desangrada. Tras cartón, las balas de los narcotraficantes hirieron a otra llamada Rebeca de un balazo en la cintura. La guerra de las bandas parece no tener control.
Videla era señalado como uno de los cabecillas de una de las bandas que pugnan por dominar la zona de los barrios Los Toneles, Sarmiento, San Vicente, Covitedyc, La Paz y Amei, ubicados al Este del Barrio Papa. Al momento de su ejecución Videla se movilizaba en silla de ruedas y recibió varios disparos de arma de fuego en la esquina de calles Joaquín V. González y Salvador Arias, del barrio Campo Papa. Fue atacado por varios hombres que le dispararon a quemarropa. En la zona, donde funciona una gomería, encontraron al menos seis vainas servidas calibre 9 milímetros.
Una de las últimas fotos del Pollo.
Covitedyc es el barrio en donde también intentaron acribillar a un Sargento de la Policía Federal que tiene su domicilio dentro de aquel vecindario. Un día antes de la muerte del Pollo Videla, la casa del Sargento fue tiroteada con munición gruesa. Rápidamente la cúpula de uniformados de la Federal decidió evacuar al efectivo de su vivienda y trasladarlo a otra morada junto al resto de su familia.
De acuerdo a trabajos de inteligencia de los sabuesos existen tres bandas que luchan por imponer sus condiciones en el lugar. Todas están munidas de armas de grueso calibre como pistolas calibre 9 milímetros, escopetas, ametralladoras PA3 y hasta fusiles automáticos.
Es tal el temor de los vecinos y la preocupación de la policía que la zona es cuestión se ha transformado en un verdadero campo de batalla por el que luchan las bandas de narcotraficantes y los hombres que defienden e imponen la ley.