Un implicado en la Banda del Chino reconoció los hechos en pleno alegato final, revelando que el temor al poder del exjuez lo mantuvo en silencio durante años.
En menos de tres minutos, el abogado defensor Gabriel Alliana protagonizó, durante la última semana de octubre de 2025, el alegato más breve pero contundente del megajuicio contra el exjuez federal Walter Bento. Su defendido, Eugenio Nasi, confesó haber pagado coimas para favorecer su situación procesal, quebrando el silencio que mantuvo desde su imputación.
“Por instrucciones de Eugenio Nasi, en esta etapa desea reconocer los hechos por los que es acusado y aceptar su culpabilidad”, declaró Alliana ante un Tribunal Oral Federal que quedó en completo silencio. Las palabras resonaron en la sala mientras Walter Bento escuchaba desde su lugar.
El miedo que silenció al transportista durante años
La confesión de Nasi llegó acompañada de una reveladora explicación: el temor al poder que ejercía Walter Bento fue lo que lo mantuvo en silencio durante todo el proceso judicial.
“Desde el momento en que fue imputado hasta comenzado el debate, ha tenido cierto temor por el poder que tenía en este momento Walter Bento”, explicó su abogado. “Cesada su magistratura, es que toma esta decisión porque se siente menos presionado”.
El transportista, involucrado en la denominada Banda del Chino, había negado terminantemente los sobornos hasta este momento crucial del juicio, que ahora entra en su recta final.
La Banda del Chino y el circuito de coimas en Mendoza
Eugenio Nasi quedó implicado en una asociación criminal investigada por contrabandos millonarios de mercadería desde Chile hacia Mendoza. Varios miembros de esta banda están acusados de pagar coimas para obtener beneficios procesales.
Durante los alegatos de junio pasado, la Fiscalía Federal detalló cómo operaba el sistema. Cuando Nasi fue detenido por contrabando en 2018, solicitó su libertad ante Walter Bento el 6 de septiembre. Pese al dictamen negativo del fiscal del caso, 12 días después el entonces juez federal cambió la calificación legal y lo excarceló.
Las 47 llamadas que revelan el circuito de sobornos
Lo que podría parecer una simple discrepancia judicial cobró otra dimensión cuando la Fiscalía reveló que durante ese período crítico, Walter Bento mantuvo 47 llamadas por Telegram con Diego Aliaga, señalado como su intermediario para gestionar coimas. Aliaga fue asesinado a mediados de 2020.
“Casi es imposible negar que existe un vínculo entre lo que pasa en el expediente y las comunicaciones entre Walter Bento y Diego Aliaga”, analizó la fiscal María Gloria Andre durante sus alegatos.
La fiscal enfatizó que Bento nunca explicó estas comunicaciones: “Lo que hizo fue desconocer que se produjeron. Pero la verdad es que las comunicaciones, teniendo en cuenta su cuantía, intensidad y momento, no pueden ser explicadas de otra manera que como se sostiene en la acusación: se estaba reclamando a Eugenio Nasi el pago de lo que le faltaba en concepto de coima”.
Pruebas adicionales y conexiones con la red de corrupción
El expediente también incluye una selfie que Nasi se tomó con Luciano Ortego, uno de los abogados que según la Fiscalía integraba la organización liderada por el exjuez federal y participaba activamente del circuito de sobornos.
La lista de confesores crece en el caso Bento
Con la confesión de Eugenio Nasi, aumenta el número de implicados que reconocieron el pago de coimas a Walter Bento:
Arrepentidos bajo la ley especial:
- Marcos Calderón (mantiene su declaración)
- Martín Ríos (se retractó durante el juicio)
- Matías Aramayo (se retractó durante el juicio)
Confesores espontáneos:
- Javier Santos Ortega, contrabandista que declaró al inicio de la investigación y ratificó en el debate. Trágicamente se quitó la vida hace pocas semanas.
- Eugenio Nasi, quien confesó en la etapa final del juicio
Un juicio que se acerca a su veredicto
El megajuicio contra Walter Bento por presunto cobro de coimas en Mendoza se encuentra en su etapa final. La inesperada confesión de Nasi agrega un testimonio clave para la acusación en momentos en que el tribunal se prepara para dictar sentencia.
El caso ha revelado una presunta red de corrupción judicial que operó durante años en la justicia federal mendocina, con ramificaciones en casos de contrabando y otros delitos de alto impacto económico.