Los riesgos que conlleva concentrar el poder en pocas manos en Mendoza ha encendido muchas alarmas en un año electoral donde no solamente se juegan sus aspiraciones los distintos candidatos. Mendoza se debate ante una grave pérdida de facultades y derechos democráticos e institucionales
Por CAROLINA JACKY / Siguiendo con la nota publicada con anterioridad, “DEMOCRACIA Y DIVISIÓN DE PODERES“, creo que en estas elecciones provinciales deberíamos concentrarnos en el “PODER LEGISLATIVO, UN PODER QUE DEBEMOS RECUPERAR”.
Como ya adelantara en la nota anterior, Mendoza ha ido perdiendo institucionalidad por coptación de las instituciones, con características autocráticas y hegemónicas de pensamiento único.
Esto puede ser cambiado o definitivamente terminar en un feudalismo dirigido por un caudillo.
Hoy el Consejo de la Magistratura de Mendoza tiene mayoría absoluta para proponer magistrados.
Esto significa que ahí se eligen a quienes nos van a juzgar y en sus manos ponemos nuestros derechos y garantías.
La Legislatura de Mendoza tiene hoy el poder de elegir el juez que el poder de turno disponga, y ese poder de turno tiene nombre y apellido, Alfredo Cornejo.
También está el Jury de Enjuiciamiento de Magistrados, que responde al mismo poder.
La Casa de las Leyes está ocupada mayoritariamente por legisladores que pocos conocen pero que responden como una escribanía de gobierno.
Solo aprueban lo que les ordenan aprobar, y así se terminan haciendo lo que el Señor Feudal ordena.
En la próxima elección se juega nuestra libertad, nuestros derechos y garantías, muy cerca estamos para que un sector obtenga la mayoría necesaria para reformar la Constitución Provincial, introducir la reelección y así terminar con ese Estado de Derecho que pensaron nuestras mujeres y hombres de la democracia.
El tema ya no tiene que ver con izquierda y derecha, el peligro para nuestra libertad es mayor que cualquier fundamentalismo. Hoy el compromiso es con la institucionalidad.
Tenemos que prestar atención a los legisladores provinciales que vamos a elegir, y controlar que estén comprometidos con cambiar este poder autocrático y hegemónico que viola nuestro derecho de acceder a una Justicia libre sin compromisos ni dependencia con el Poder Ejecutivo.
Hace unos días el Senado Provincial aprobó el pliego de una jueza que no pudo pasar el voto de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales, pero que, con prepotencia del número se le aprobó su nombramiento en la votación secreta del Senado.
No juzgo la capacidad e idoneidad de esta nueva magistrada, sino en las formas, porque en una democracia las formas son importantes, esto es transparencia, esto es dar garantías a los ciudadanos.
Hace rato que en Mendoza poco se consensua, y así tenemos una Justicia que responde a ese poder que hoy se cuestiona.
Ese poder es el que no permite que puedas hacer valer tus derechos contra el propio poder, ya seas empleado del Estado (docente, policía, médico, enfermero, y mucho más) o una madre que busca celeridad para alimentos de sus hijos, o padres que buscan más celeridad para investigar el abuso sexual de su hijo o hija.
Si no tenes un verdadero acceso a la justicia es porque hay un “Señor Feudal” que te lo impide responsable de lo que estamos viviendo.
En la foto que ilustra esta publicación se eligió el recinto donde sesionan nuestros legisladores y la foto de dos candidatos a la gobernación, entre los dos se dirime la Mendoza institucional que queremos.
El pueblo es el que decide y elige el camino, alguno podrá decir de “Guatemala a Guatepeor”, o “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Con nuestro voto podemos entregar todo el poder a uno de ellos y convertirlo en Señor Feudal, o hacer triunfar al otro, que solo logrará impedir que LA LEGISLATURA sea propiedad del otro, pero que él no podrá dominar, no podrá tener esa mayoría, y por tanto, esto lo obligará a sentarse con el otro, escucharse y escuchar al pueblo, terminando de esta forma con cualquier autoritarismo que hoy sentís.
Difícil es hacer valer los derechos y garantías, díficil es defender los derechos humanos de los más debiles y de las víctimas cuando del otro lado no hay división de poderes, mañana será tarde.