Mendoza registró superávit fiscal en 2024 por cuarto año seguido, con menor gasto en personal y mayor eficiencia en la inversión pública, según el CEM.
Por cuarto año consecutivo, la provincia de Mendoza cerró su ejercicio fiscal con superávit. Los datos disponibles sobre el cierre de 2024 confirman una tendencia iniciada en 2016, que ha permitido recuperar el equilibrio de las cuentas públicas luego de un largo período de deterioro, según el informe del Consejo Empresario Mendocino (CEM).
En términos operativos, el superávit alcanzó el 4% de los recursos corrientes, mientras que el ahorro corriente —una variable clave para la salud financiera del Estado— llegó al 14,8%. Según el CEM, este desempeño ha sido posible gracias a un conjunto de decisiones que, a lo largo del tiempo, moldearon una gestión fiscal más austera y eficiente, afirma el informe, destacando los aspectos centrales del modelo de administración pública adoptado en la última década.
Mendoza: curva descendente en personal
Uno de los cambios más significativos se dio en la evolución del empleo público. Entre 2011 y 2024, la planta estatal aumentó apenas un 6%, pasando de 99.149 a 105.114 cargos y contratos. Sin embargo, el crecimiento más pronunciado se dio en el primer tramo de ese período, entre 2011 y 2015, cuando se registró un incremento cercano al 10%. Desde entonces, según destaca el trabajo, la dotación de personal comenzó a reducirse de manera progresiva.
En el último año, la caída fue del 2,4%, acumulando una baja del 3,3% desde 2015. Esto permitió contener una de las partidas más significativas del presupuesto provincial: el gasto en personal. En 2015, representaba el 65% de los recursos corrientes; en 2024, ese porcentaje se redujo al 40%.
También disminuyó la cantidad de agentes públicos en proporción a la población: en 2015, había 57,3 empleados cada 1.000 habitantes; hoy son 50,6.
Inversión pública y eficiencia en la asignación del gasto
Según el análisis de los datos del CEM, lejos de implicar una contracción en la inversión, la mejora del resultado fiscal permitió incrementar el volumen de erogaciones de capital. En 2024, estas representaron el 10,9% de los recursos, un valor superior al promedio de la década, que fue del 8,7%.
En esa misma línea, el análisis del CEM advierte que el tamaño del Estado mendocino, medido como porcentaje del Producto Bruto Geográfico (PBG), se ubicó en 2024 en el 20,3%. El dato es menor al de 2014 (21,5%), pero superior al de 2004 (13,4%). La evolución muestra tres etapas claramente diferenciadas: un aumento del gasto hasta 2015, una meseta entre 2016 y 2020, y una reducción sostenida a partir de entonces.
La presión impositiva, en descenso
Otro de los elementos evaluados es la evolución de los recursos fiscales. La presión impositiva provincial —entendida como el peso de los ingresos tributarios sobre el PBG— alcanzó un pico del 7,5% en 2017, el segundo año del proceso de ordenamiento fiscal. Desde entonces, inició una tendencia descendente y en 2024 se estimó en 6,6%.
Si bien sigue siendo elevada en términos históricos (era del 3,6% en 2004), la reducción es presentada como un alivio para la actividad privada.
La presión tributaria en Mendoza se muestra a la baja entre puntas según el informe del CEM.
Sin embargo, hay que aclarar, siguiendo los gráficos del CEM, que no hay una reducción constante, sino que es irregular, con años de suba y baja. Algo muy común que suelen cometer este tipo de informes, que toman puntas sin importar lo que pasa en el medio de ese período.
El Consejo destaca que en el período reciente, la composición de los ingresos provinciales también se modificó. Entre 2014 y 2019, representaban el 50% del total de los recursos corrientes; entre 2020 y 2024, cayeron al 44%. En 2024, el 68% de estos ingresos provinieron de tributos, con el impuesto a los ingresos brutos como la principal fuente, aportando un 25% de los recursos corrientes. El resto correspondió a recursos no tributarios, como regalías.
Entre 2016 y 2024, los recursos corrientes se redujeron un 12% en términos reales. La caída fue más marcada en los ingresos provinciales (18%) que en los de origen nacional (5%). Las regalías, en particular, cayeron un 35%, afectadas por la baja en la producción.
Desafíos pendientes y señales de alerta
El CEM advierte que, pese a los buenos resultados fiscales, hay señales que deben ser atendidas. Entre el primer trimestre de 2024 y el primero de 2025, los ingresos por Ingresos Brutos disminuyeron un 2% real. Más preocupante aún es la evolución de los recursos nacionales, que en mayo de 2025 mostraron una merma del 24% real frente al mismo mes del año anterior.
Por eso, los analistas empresariales insisten en la necesidad de mantener una gestión austera y enfocada en la eficiencia del gasto. Celebran medidas como la exclusión del régimen SIRCREB para contribuyentes cumplidores, pero al mismo tiempo recuerdan que el proyecto de nueva Ley de Responsabilidad Fiscal lleva dos años sin tratamiento en la Legislatura.
Una mirada hacia adelante
Según el CEM, el tamaño del Estado no puede superar la capacidad de financiamiento del sector privado. En ese sentido, todo esfuerzo por mejorar la eficiencia del gasto, reducir la carga tributaria y reforzar la institucionalidad fiscal es visto como una contribución valiosa al desarrollo económico de la provincia, destaca el Consejo Empresario.