Una jugadora del distrito de Palmira denunció que se le impide competir en torneos oficiales de fútbol femenino debido a su identidad de género, pese a integrar un club y cumplir con los requisitos médicos exigidos.
Roxana, vecina del distrito de Palmira, en el departamento de San Martín, denunció públicamente que se le prohíbe participar de manera oficial en los torneos de fútbol femenino de la zona por su identidad de género. La jugadora integra actualmente el plantel del Club Rodríguez Peña, pero su presencia en los partidos quedó condicionada por la negativa de otros clubes participantes.
¿Por qué le impiden jugar a una futbolista trans en San Martín?
Según relató la propia Roxana, el conflicto surge por la postura de algunas instituciones rivales que cuestionan su participación bajo el argumento de una supuesta desigualdad física. En diálogo con Radio Regional, la jugadora expresó: “Me he sentido discriminada porque hay algunos clubes, entre ellos Reducción, que no me dejan participar porque dicen que no hay igualdad”.
La futbolista aclaró que cumple con el proceso médico correspondiente y que su situación garantiza condiciones de competencia justas dentro de la categoría femenina.
¿Qué respondió la jugadora ante los cuestionamientos físicos?
Roxana desmintió las versiones que circulan sobre una ventaja deportiva y explicó que las jugadoras trans atraviesan tratamientos hormonales que equiparan el rendimiento. “Dicen que nosotras, las chicas trans, tenemos más fuerzas que las chicas, siendo que nosotras somos hormonizadas y estamos en igualdad de juego”, afirmó.
¿La organización del torneo avala la exclusión?
La denunciante aclaró que el impedimento no proviene directamente de la organización del campeonato, sino de la resistencia puntual de algunos clubes que integran la competencia. Mientras sus compañeras del Club Rodríguez Peña la respaldan e incluyen con normalidad, la negativa de los equipos rivales le impide ingresar a la cancha durante los partidos oficiales.
¿Qué impacto tuvo esta situación en la jugadora?
La exclusión afecta de manera directa el bienestar emocional de la futbolista. Roxana manifestó su angustia al verse obligada a permanecer fuera del campo de juego: “Me he sentido mal, estoy mal, porque estoy acostumbrada a estar jugando con las chicas, en donde nunca fui discriminada. En este caso me siento discriminada, ver a mis compañeras jugar y yo tener que verlas de afuera”.
¿Habrá una resolución del conflicto en el fútbol femenino local?
Ante la repercusión pública del caso, la organización del campeonato informó que convocará a una reunión con todos los equipos participantes para intentar destrabar el conflicto. Según indicó la jugadora, ese encuentro será clave para definir si se autoriza su inclusión definitiva o si continúa la restricción impuesta por algunos clubes.