Con un show arrollador, el rapero argentino reafirmó por qué es el máximo exponente del trap argentino. Una noche cargada de adrenalina y música
Mauro Lombardo (28), conocido artísticamente como Duki, se presentó en Mendoza este miércoles, con entradas agotadas en el Aconcagua Arena. Fue una noche cargada de adrenalina, música y emociones, donde el público mendocino respondió con toda la energía.
El show formó parte de su nuevo proyecto Ameri World Tour, con el que está recorriendo distintas ciudades y dejando huella en cada escenario que pisa. En Mendoza, no fue la excepción: los fanáticos del “Modo Diablo” acompañaron, saltaron y gritaron al ritmo de sus hits, desde los más recientes hasta los clásicos que lo consagraron.
La puesta en escena fue alucinante. Duki estuvo acompañado por un staff de bailarines, y en más de una ocasión sorprendió al animarse a tirar unos pasos mientras rapeaba.
Todo esto sumado a un despliegue visual potente, con efectos especiales y filtros tridimensionales que hicieron del espectáculo una experiencia inmersiva. El color que predominó fue el rojo neón, tiñendo la noche mendocina con una estética intensa y vibrante.
Duki y su público: una simbiosis infinita
La conexión entre el artista y sus seguidores fue el corazón de la noche. Duki y su gente forman un todo homogéneo que se complementa a la perfección.
Si el público lo exige, él responde con canciones que encienden los pogos. Si el rapero necesita bajar la intensidad, lo entienden y se calman. Es un ida y vuelta constante, una energía que no para de crecer durante el show.
Uno de los momentos más emotivos fue cuando llegó el turno de Goteo (2019), la canción que marcó un antes y un después en su carrera. Antes de cantarla, Duki se tomó un instante para hablarle al público y abrir su corazón.
“A pesar de las adversidades y que a veces falta lo material, no tienen que dejar de intentarlo. Hay que hacerlo porque lo importante es el mensaje que quieren dar”, expresó el artista conmovido.
El gran final: una perlita de color
Para cerrar la noche con broche de oro, el Duko agradeció a su público por tantos años de acompañamiento y amor. “Esto es el Modo Diablo. Soy el Duko, hijo de Buenos Aires. Les debo todo, gracias al lugar, por donde estoy”, expresó antes de despedirse con Nueva Era (2024), haciendo vibrar una vez más el estadio ubicado en el Parque General San Martín.
Y cuando todo parecía haber terminado, llegó la perlita inesperada: al encenderse las luces del Aconcagua Arena, comenzó a sonar de fondo el Himno Nacional Argentino en la versión de Charly García (73). Así, Duki se despidió de Mendoza, dejando una última emoción flotando en el aire.