Tras la derogación de casi mil normas, el Instituto Nacional de Vitivinicultura limitó su intervención al control del vino ya embotellado. Las bodegas deberán designar técnicos responsables y asumir la trazabilidad completa del proceso productivo.
A través de la Resolución 37/2025, el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) oficializó la aplicación del nuevo Digesto Normativo, que deroga 973 normas históricas y redefine el rol de fiscalización del organismo del vino argentino.
El cambio implica que el INV solo controlará el vino en su etapa final, es decir, cuando el producto ya esté envasado y con Certificado Analítico de Libre Circulación.
En la práctica, el instituto dejará de fiscalizar los procesos de elaboración, fraccionamiento e inventarios internos de bodegas, concentrándose únicamente en verificar la aptitud para el consumo y que el vino no haya sido adulterado o manipulado indebidamente.
Qué cambia para las bodegas
El nuevo esquema establece que cada establecimiento deberá contar con un Técnico Responsable (enólogo, ingeniero agrónomo, químico o profesional afín) que asuma la responsabilidad técnica y legal sobre los productos.
Toda documentación que se presente ante el INV deberá estar firmada por este profesional, quien será el garante de la trazabilidad y la autenticidad del vino desde la cosecha hasta el fraccionamiento.
Además, el Digesto crea dos nuevos registros obligatorios:
- Registro de Viñedos, para controlar el origen, añada y varietal de las uvas.
- Registro de Elaboradores, para identificar y habilitar a las personas o empresas que elaboren, fraccionen o comercialicen productos vitivinícolas.
Si el INV no responde a una solicitud de inscripción en un plazo máximo de 15 días hábiles, la autorización se considerará aprobada por silencio positivo.
Trámites más simples y digitalizados
El nuevo marco normativo también introduce cambios en la documentación obligatoria:
- Se elimina el certificado de tránsito, ya no necesario para la circulación de vinos.
- La declaración jurada de certificación de cosecha (DJCC) reemplaza a la anterior declaración de ingreso de uva.
- La certificación de añada, origen y varietal se genera automáticamente al vincular la DJCC con la Declaración Jurada de Libre Circulación, firmada por el técnico responsable.
Asimismo, los trámites se realizarán de forma digital y simplificada, bajo el principio de responsabilidad técnica y autogestión de las bodegas.
Un nuevo paradigma de control
Con esta resolución, el INV —presidido por Carlos Tizio— da un paso hacia un modelo de autocontrol técnico y desburocratización, limitando su rol a garantizar la calidad final del vino que llega al consumidor.
El instituto no establecerá fechas de cosecha ni de elaboración, quedando estas decisiones bajo la exclusiva responsabilidad de productores y elaboradores.