Por CAROLINA JACKY / Que un dirigente con la trayectoria de Luis Petri –Vicepresidente de la Juventud Radical de Mendoza (2003-2005), Secretario Legislativo de la Cámara de Senadores de Mendoza (2003-2006), Diputado Provincial (2006-2013), Diputado Nacional (2013-2021), Vicepresidente Segundo de Diputados de la Nación (2017-2019), precandidato a gobernador de Mendoza (2023) y candidato a Vicepresidente en Juntos por el Cambio, siempre en representación de la UCR–, hoy diga, como Ministro de Defensa del gobierno de Milei (2023), que Milei es mejor presidente que Alfonsín, nos obliga a preguntarnos: ¿qué tiene La Libertad Avanza para corromper tan fácilmente los principios y valores de muchos que adoran a Milei como en otros tiempos se adoró un becerro de oro?
Siempre critiqué la política económica del gobierno de Alfonsín, que en algunos aspectos no difiere de la actual: control de cambios, endeudamiento, intervención en las tasas, que terminaron como muchos saben.
Pero más allá de las diferencias con aquella UCR y aquellos dirigentes que ponían en primer lugar los derechos y garantías frente a la economía, hoy, a la distancia, nadie puede negar lo que significó para la democracia la gestión de Don Raúl Alfonsín. Salvo un “imberbe” de esos tiempos que hoy, con total descaro, manifiesta que Milei, quien apenas lleva medio mandato, ha tenido una mejor presidencia que la de Alfonsín.
Nunca imaginé tener que defender el gobierno de Alfonsín frente a un dirigente del radicalismo, de quien ya no sabemos de qué se “autopercibe”. Estoy seguro de que a los radicales de bien, a quienes respeto profundamente, esas declaraciones deben haberlos herido en lo más hondo.
¿A qué nivel de corrupción intelectual, de valores y principios hemos llegado? Este actuar no es de cualquier dirigente radical que no ha tenido el valor de renunciar al partido y afiliarse a La Libertad Avanza, ya que tanto alaba a la administración Milei, de la cual es parte. Se trata de alguien que, además, pretende ser gobernador de Mendoza por la UCR o por el frente que se arme para 2027.
No tengo derecho a opinar sobre circunstancias que se producen en un partido político del que nunca participé, y espero que los radicales de bien me perdonen, pero la historia argentina no puede olvidar lo que su partido hizo por el respeto a las instituciones, a la democracia liberal y a la república. Basta recordar a Balbín, Illia y Alfonsín; para quienes pudimos conocer a estos dirigentes y respetarlos más allá de no coincidir en algunas ideas, pero sí en principios y valores.
Si a uno le duele tamaña traición, ¿qué sentirán los auténticos radicales? Si Borocotó fue un hito en la nueva democracia y de la corrupción de las ideas, hoy, lo de Luis Petri supera ampliamente ese antecedente.
El apartamiento de este gobierno al respeto irrestricto de los derechos y garantías establecidas en la Constitución Nacional y los Tratados Internacionales, con una política deshumanizada y con graves violaciones a los derechos humanos y a la libertad de prensa, todo en nombre de banderas liberales que dicen aplicar mientras controlan las tasas de interés, el mercado de cambios, y restringen la propiedad privada al mantener retenciones al trabajo de los exportadores, todo esto nos llevará a otra crisis, con más endeudamiento para Argentina, que tarde o temprano tendrá que pagar la gente.
La salida no es repetir errores del pasado; la salida es con principios y valores, con reglas claras, sin discursos de odio, sin déficit fiscal pero con total libertad económica, con diálogo sin discriminaciones, sin grieta aunque pensemos distinto, y con un gobierno del pueblo, para el pueblo y por el pueblo.