A cinco años del brutal crimen del joven de 18, una especialista analizó la conducta de los violentos en el magazine de Ciudadano News, El Interactivo.
Villa Gesell, 18 de enero de 2020. Aquella noche parecía una más en ese verano signado por la ola de calor, cuando las luces de la discoteca Le Brique iluminaban el alma perdida de los jóvenes que se agolpaban buscando algo que no sabían qué era.
En el centro de todo, Fernando Báez Sosa, el chico de 18, disfrutaba con una sonrisa franca, con un inmenso futuro y sueños simples. Nadie podía prever que esa noche algo terrible estaba a punto de ocurrir. Pero ocurrió. Y la historia que dejó atrás nunca será igual.
Según la psicóloga y escritora Beatriz Goldberg, el emblemático caso se produjo considerando varias situaciones: “Sucede que todo el conjunto, el mix, del alcohol, drogas, agresiones y esa necesidad de destacarse y de sentirse bien con la adrenalina a costa de alguien, no con fines buenos, considerándolo como si fuera un trofeo, terminó en este caso como un crimen emblemático porque se trató de un grupo de chicos que fueron agresivos siempre“.
“Pero no es el único caso. Hay otros grupos también del que nos hemos enterado en el pasado al que nos referimos, lograron su objetivo y no mostraron una cuota de arrepentimiento. En realidad, esto último es lo que también nos dolió a todos“, dijo.
Y añadió que, “nadie merece pasar por esto, ningún chico, no solo Fernando, quien era una suerte de ícono del buen hijo, de la buena persona, por lo que su caso nos ha dolido doblemente. Como que él era la antípoda de todo lo que podían ser estos chicos agresivos“.
“En vez de brillar por hacer algo bueno, de compartir o de ayudar a alguien, ellos consideraron que la mejora para el grupo era esa. Ni hablar de que después del ataque se fueron todos a comer hamburguesas. Todo lo que sucedió fue terriblemente dramático. Porque uno no lo puede creer, no lo puede ver respecto a como estos chicos pueden disfrutar ese tipo de violencia. Hubo un disfrute perverso de la situación“, manifestó.
Y admitió: “Pero hay muchos casos así. Lo que sucede es que no todos terminan con una muerte, como ocurrió con el pobre Fernando. Pero sí nos hemos enterado de otros que fueron golpeados por alguna violencia o envidia, de algo bueno que representa alguien. También hay chicas que golpean a otras solo por el simple hecho de que son lindas“.
“En este sentido es necesario trabajar en la necesidad de revertir valores. De enseñanzas, de no permitir transgredir a un hijo o a un chico desde chico. No gozar disfrutando de molestar al otro. Algo que se enseña desde la casa. Nada indica que esos grupos deben buscar a un chico para provocarlo y ver hasta dónde puedo hacer algo en contra del otro“, manifestó.
Señaló que, “esto va más allá de la bebida o de otra situación de consumo. Porque hay algo muy violento que sale a relucir y más dentro de un grupo donde todo esto se alienta. Donde cada uno tiene su función, porque se vio como lamentablemente trabajaban en equipo para alcanzar un objetivo no benévolo“.
“También está la necesidad de pertenecer al grupo. Con un fuerte sentido de pertenencia. En donde se plantea que si no hago lo que el líder me pide, aun sabiendo lo que entiendo como bueno o malo, sé que estoy haciendo algo perjudicial para la sociedad. Porque se vio que después de la brutal agresión todos salieron corriendo como ratas“, calificó.
Marcó que, “se escaparon porque sabían que hicieron algo mal y después se molestaron no por lo que hicieron sino por el castigo que recibieron. Pero en el mientras tanto se fueron a comer porque estaban disfrutando lo que hicieron. Pero priorizaron el pertenecer al grupo porque sabían que habían hecho algo que estaba dentro de sus valores y códigos. Si esa no hubiera sido la consideración, por lo menos a alguno no le hubiera interesado en pertenecer“.
“Ya en Zárate se sabía que era un grupo violento y cada padre sabía en qué andaba su hijo. Incluso recuerdo que habían tratado de inculpar a otro chico que no había estado en ese momento y que por suerte hubo cámaras que lo salvaron. Quisieron echarle la culpa a otro para sacarse la responsabilidad de encima. Tenían todo pensado como para evadir todo tipo de culpa. No se hicieron cargo de nada“, concluyó.