El precandidato a gobernador de Mendoza, Luis Petri, colaborará con unos 300 contratistas de viñas que cobran salarios de unos 40 mil pesos y que están interesados en cambiar el rumbo del Sindicato Unido de Trabajadores Contratistas de Viñas y Frutales de Mendoza
Los contratistas de viñas de Mendoza reclamaron por la paupérrima situación que están viviendo, muchos de ellos, “con salarios que apenas llegan los 40 mil pesos mensuales con los que se supone deben mantener una familia”, denunció Luis Petri, precandidato a gobernador de Mendoza.
Nélson Oliva (50), “contratista de viña, con mucho orgullo” y Rubén Vegas (40), “también contratista”, se reunieron con Petri -el viernes por la noche- con el fin de plantear un plan a través del cual se revea el vigente mecanismo de negociaciones paritarias por el que se fijan los salarios de ese grupo de trabajadores.
Oliva y Vegas forman parte de un grupo de unos 300 contratistas “autoconvocados”, como se definieron, “todos de la Zona Este más el departamento de Lavalle”, aclararon.
Y reclamaron: “Ahora por ejemplo están negociando en paritarias con la patronal y nunca se nos ha consultado, como siempre ha sucedido. Esto significa que al momento de arreglar la paritaria van a negociar dos o tres nomás…”.
“Los dos o tres que asisten a esa negociación son dos o tres y que se sienten los dueños del sindicato. Ellos son quienes no nos dejan participar. Cuando entran en partiarias nos dicen que ya nos van a avisar y eso nunca sucede mientras está abierta. Siempre nos enteramos cuando la paritaria ya cerró, cuando se firmó. Esa paritaria se realiza en el Ministerio de Trabajo donde participa la patronal en la Ciudad de Mendoza. Nosotros con 10 hectáreas a cargo estamos cobrando 40 mil pesos por mes, ahora, con aumento”, detalló Oliva.
Según Petri, “es una situación que vienen sufriendo los contratistas de viñas y frutales de Mendoza hace unos 20 años o más. Con 40 mil pesos mensuales no se puede vivir. Eso lo sabe cualquiera. Y eso no se puede seguir permitiendo, eso lo tienen que entender tanto desde el sindicato, como de la patronal y del mismo Gobierno. Esto es lo que tiene que cambiar para que Mendoza deje de estar estancada y comience a avanzar”.
“Este grave panorama se ha agudizado luego de las últimas contingencias climáticas debido a que muchos no han podido cosechar. Donde se ha perdido la producción la situación de los contratistas es desesperante y ya están en condiciones de ser asistidos socialmente cuando en realidad son trabajadores, no son desempleados, tienen hijos e hijas que deben mantener y en todos los casos, con muchísimo esfuerzo, para que sigan con sus estudios. Algunos tienen chicos en la facultad”, explicó Petri.
Oliva explicó que “en mi caso particular tengo una hija especial y dos chicas en la facultad. Para mi la situación ya es imposible. Ya no encuentro la manera de seguir adelante. Yo necesito que nos ayuden. Ya no podemos más. La obra social nos ayuda pero no puede hacer más. El problema más grande es la comida. Muchas veces no sabemos qué comer”.
Apuntó que “el patrón no tienen problema cuando le pedimos plata adelantada. El drama es ver cómo hacer después para devolvérsela si no cosechamos. No tendría problema en prestarme 30 mil pesos, pero si después cobro 40 mil, qué nos queda cuando devolvemos el préstamo. Esta situación ya es imposible de seguir viviendo. El problema nuestro son las paritarias. Por ejemplo un obrero de viña gana unos 140 mil pesos lo cual no es mucho pero al menos llegan a la canasta básica. Nosotros queremos llegar a la canasta básica”, señaló Oliva.
“Nadie se acuerda de nosotros y creo que somos la mano de obra más grande en Mendoza. En nuestro grupo de unos 300 contratistas, con 10 hectáreas cada uno a cargo, atendemos a unas 3 mil hectáreas de viñas y frutales. En total son unos unos 3 mil los contratistas que hay en toda la provincia que manejan casi en un 90 por ciento las producciones y somos los peores pagos. La verdad es que ya no damos más. Muchos están dejando de trabajar con el fin de recibir algún tipo de planes”, manifestó.